domingo, 2 de julio de 2023

La caída del Diablo del Dalí Tarot - El símbolo del abismo

 Es evidente que cuando Salvador Dalí diseñó su mazo de Tarot se basó en uno de los mazos de Tarot más populares a principios del siglo XX. Nos estamos refiriendo al juego Tarot ideado por Arthur Edward Waite que fue publicado en 1910 gracias a las ilustraciones de Pamela Coldman Smith. La mayoría de las cartas del Dalí Tarot se basan en dicho Tarot, sin ninguna duda. Pero hay unas pocas cartas del mazo de Dalí que nada tienen que ver con la correspondiente carta del Tarot de Waite. Una de estas cartas es El Diablo, la carta del Tarot con el número 15.

La carta del Diablo del Tarot de Waite nos muestra una escena donde un gran diablo subido a un pedestal sostiene las cadenas a la que están atados dos seres humanos. Se trata de una escena que se repite en la mayoría de versiones de esta carta.

En la mayoría de las versiones de la carta del Diablo, un extraño ser cornudo con alas aparece encima de una piedra cuadrada o una esfera en cuya base tiene sujeta una argolla. A ambos lados del Diablo una pareja de seres desnudos, cornudos y con cola aparecen encadenados a la argolla. Pero la versión del Diablo en el Dalí Tarot es completamente diferente a la tradicional, donde la pareja de seres desnudos brilla por su ausencia.

Solamente hay una versión del Tarot tradicional con un diablo muy parecido al de Dalí. Nos estamos refiriendo al Diablo del Tarot Etteilla:


El Tarot Etteilla no es un Tarot cualquiera, fue creado en 1783 por el ocultista francés Jean-Baptiste Alliette que está reconocido como el primer tarotista profesional de la historia. Cuando Alliette publicó su mazo de Tarot lo bautizó deletreando su apellido al revés, Etteilla. En el París que conoció Salvador Dalí, todos los artistas, filósofos y ocultistas eran buenos conocedores del Tarot Etteilla y de su libro "Etteilla, o la manera de divertirse uno mismo con una baraja de cartas". No es de extrañar que Dalí cuando diseñó su Diablo, tuviera bien presente la acción representada por Alliette en su carta diablesca, completamente diferente a los otros diablos del Tarot.

Tanto el Tarot Dalí como el Tarot Etteilla nos muestran a un ser sin sexo definido precipitándose al vacío. Pero el ser de la carta de Dalí carece de alas, cola y cornamenta en la cabeza. Esta diferencia simbólica nos permite afirmar que no están representando al mismo ser. El ser de la carta de Dalí no tiene apariencia de representar a un diablo.

En el artículo dedicado al análisis simbólico de la carta de El Mundo del Dalí Tarot, ya apuntábamos que los personajes protagonistas de las cartas del Tarot nunca aparecen en dos cartas. Y si el personaje de la carta de El Mundo del Dalí Tarot era el Diablo, significaba que la carta número 15 del Dalí Tarot tenía que estar protagonizada por otro personaje que nada tenía que ver con el Diablo.

La carta de Dalí número 15, nos muestra a un ser humano con larga melena y desnudo que cae al vacío desde el borde de un precipicio. En la parte superior izquierda de la carta, dos brazos dan la impresión de ser los que empujan o lanzan al ser humano al vacío. La silueta de los dos brazos negros no parece querer sujetar o agarrar al ser con melena, más bien todo lo contrario.

Estas dos extremidades negras, en lugar de querer sostener al ser, están literalmente lanzandolo al precipicio.

En la versión del Tarot Etteilla se nos muestra un diablo que está encima de una pequeña elevación del terreno. Por contra, en la carta de Dalí, el ser esta al borde de un acantilado del que no percibimos su altura, pero que nos invita a pensar que la caída va ser algo larga antes de quedar como queda el Coyote cuando cae por el barranco Beep, Beep!!!!

Hay dos elementos en la carta 15 del Dalí Tarot que pueden ayudarnos a identificar el personaje de las melenas y la mariposa en mano. En primer lugar la propia figura presta a caer y en segundo lugar los dos brazos que aparecen en la parte superior izquierda.

Salvador Dalí hizo una escultura que es muy parecida al personaje de la carta 15, con un titulo que define al propio personaje: "Hombre y mariposa". En dicha escultura, no hay duda que se trata de un hombre con melena y cojones que encima de un cubo hace ademán de saltar hacia adelante. Tanto en la carta como en la escultura, el personaje tiene la misma posición corporal, con el pie derecho tocando al suelo y el pie izquierdo en el aire. En ambos casos la figura no esta parada, mostrando un movimiento de avance con el pie derecho despegándose del suelo.


El cetro con la mariposa lo porta con su brazo izquierdo. Recordemos que el lado izquierdo de nuestro cuerpo esta regido por el hemisferio derecho que gobierna todo lo relacionado con el arte, la imaginación y la creatividad. La figura esta al borde del precipicio, pero no muestra ni miedo, ni pánico, más bien todo lo contrario. Parece estar convencida de que va a poder volar.

La mariposa representa también todo lo relacionado con la metamorfosis y los procesos de transformación interiores. Sin que se produzca dicha transformación, es imposible poder volar. Si no se realiza el cambio, se tiene asegurada la consecuente caída hacia las profundidades del abismo.

En cuanto a los dos brazos que la carta de Dalí nos muestra en la parte superior izquierda, son muy parecidos al brazo que aparece en la obra de Dalí titulada "Adán y Eva". En esta litografía el pintor catalán nos reproduce el momento en que Adán y Eva ya han pecado y Dios los llama. Al oír la llamada de Dios, sienten vergüenza al estar desnudos y cubren sus cuerpos con lo primero que encuentran. En la parte superior de la obra aparece un brazo que sin lugar a dudas es el brazo de Dios. Un Dios muy cabreado por que la parejita se ha saltado las normas, por lo que los castiga expulsandolos del Paraíso.

ADAN Y EVA - SALVADOR DALI

Se trata del brazo de Dios que los envía a sufrir el mundo terrenal. Es el brazo que precipita la caída de Adán y Eva. Bajo este contexto podemos suponer que los dos brazos que aparecen en la carta número 15 son los brazos de Dios precipitando al melenas al vacío. En esta carta Salvador Dalí nos relaciona de forma evidente al Diablo con el Pecado Original y la consecuente Caída del ser humano, del Paraíso Terrenal, al Mundo dual de tres dimensiones en que realizamos nuestra experiencia de vida.

Cuando Dios se nos presenta como el creador de la humanidad, también se nos presenta como una figura paternal que cuida y protege a sus hijos, como un pastor hace con su rebaño. En este sencillo blog ya hemos dedicado un artículo al símbolo del pastor que tanto ha sido utilizado en todas las religiones cristianas. Pero teniendo en cuenta de que los dos brazos de la carta de Dalí son oscuros y misteriosos, debemos tener presente que los pastores acaban degollando a todas sus ovejas para comérselas. En la mitología clásica los brazos del padre de Ícaro, quisieran haberlo podido sujetar con el fin de evitar la muerte de su hijo. Pero todos sabemos cómo es que acabó el pobre cuerpo de Icaro.



Los precipicios y acantilados son uno de los arquetipos que más tenemos presentes en nuestros sueños. ¿Cuántas veces hemos soñado que nos precipitamos al vacío desde lo alto de un acantilado y antes de estrellarnos contra el suelo nos hemos despertado repentinamente? 

Tanto en griego, como en latín, el vocablo abismo significa algo que no tiene fondo. Los sumerios creían que la morada de señor del mundo flotaba sobre el abismo.

El abismo aparece en todas las cosmogonías como el principio y el fin de toda evolución universal. Como si de un monstruo se tratase, el abismo se traga a los seres con el fin de escupirlos una vez transformados. 

El abismo se asocia a los estados que todavía no han tomado forma. A nivel del Universo, el abismo se relaciona tanto con los principios del Mundo, como con su fín. El abismo simboliza lo profundo y lo inferior, por lo que en muchas ocasiones nos sentimos atraídos hacia el fondo. Las regiones abisales presentes en todas las culturas y civilizaciones pudiendo ser abismos marinos o terrenales.

El pueblo celta consideraba que el abismo se encontraba en el interior de las grandes montañas. En Japón el abismo se localiza en el fondo de los mares y lagos. Las tribus australianas consideran a la Vía Láctea como "el abismo por excelencia". 

Las regiones abisales solemos encontrarlas relacionadas con los muertos y el más allá. Para Jung, el abismo es un potente arquetipo de las fuerzas del inconsciente representado por una madre que ejerce dos papeles diferentes: la de la madre cariñosa y la de la madre terrible.

REFLEXIONES AL BORDE DEL ABISMO

El genial pintor Roberto Fábregas nos ofrece hacer una reflexión al borde del abismo. Pero una enorme roca encima de su cabeza nos da a entender que, si se asoma hacia el abismo un poco más, la reflexión va acabar en tragedia .

El melenas tiene aspecto de confiar en poder volar, gracias al poder de transformación de la mariposa que el tipo muestra con su brazo izquierdo. La firma de Dalí justo encima de una nube, nos da a entender que el pintor catalán sabía volar.
Por este tipo de precipicios, los coyotes son los que caen al vacío, los grandes genios,...
siempre vuelan hacia lo más alto.

Johnny McClue 2023