El estudio de las sombras parece haber sido una de las bases de la geomancia y del sentido de orientación. Pero las imágenes de las sombras no suelen ser un fiel reflejo de la realidad, más bien todo lo contrario.
En China son famosos ciertos personajes que carecen de sombra por diferentes motivos. Los chinos piensan que la permeabilidad absoluta del cuerpo a la luz por purificación puede ocasionar que ciertos sujetos no tengan sombra. La salida de los limites de la existencia corporal tambien piensan que ocasiona la falta de sombra del cuerpo en cuestión.
Bajo el arbol Kien que actúa de eje del mundo, los soberanos ascienden y descienden con una característica fundamental: no hay ni sombras, ni ruidos.
La posición central del Sol al mediodía es la hora en que se dice que el alma y el demonio dejan de hacer sombra. Por tal motivo se cree que es la hora de la paz interior. En China se consideraba que la posición ideal de su emperador se producía al situarse a plomo bajo el Sol cuando este se encontraba justo en su cenit, ya que entonces la sombra del emperador desaparecía por completo. Los griegos llamaban a este momento "la hora sin sombra" y era justo el instante en que se realizaban los sacrificios a sus dioses.
Muchas lenguas indígenas amerindias tienen una sola palabra para referirse a tres distintos conceptos: sombra, alma e imagen.
Para los indios del norte de Canadá, a la hora de la muerte hay dos componentes diferentes que se separan. Se trata del alma y de la sombra que emprenden distintos viajes. La alma se dirije al reino del lobo hacia el Oeste y la sombra permanece en la proximidad de la tumba, ya que es la encargada de que el mundo de los vivos pueda comunicarse con el difunto. Para poder venerar la tumba, los familiares y amigos del difunto ofrecen a su sombra todo tipo de ofrendas
Para los yakuto de las praderas heladas siberianas, la sombra es una de las tres almas del hombre y es muy respetada hasta el punto de que los niños y niñas tienen prohibido jugar con ella. Los tunguses asiáticos tienen la curiosa costumbre de no pisar jamás la sombra de otra persona.
Muchos pueblos africanos consideran que la sombra forma la segunda naturaleza de los seres y de todas las cosas. En Africa la sombra y la muerte, van de la mano. Los semang habitantes de la selva malaya creen que, en el reino de los muertos, las sombras de las cosas son el único alimento existente.
La tradición nos cuenta que los hombres que han vendido su alma al diablo pierden de inmediato su sombra para el resto de sus días. Lo que significa que deja de existir como ser espiritual al no tener alma. Ya no es Satán el que hace sombra en él; no tiene sombra porque ya no tiene ser. Los espectros con forma humana también carecen de sombra como seres desalmados que son.
Las sombras tienen una gran importancia arquetípica para el ser humano. Los arcontes y las sombras van de la mano en numerosas leyendas populares donde lo oscuro se nos aparece como malvado, traidor y peligroso. En estos casos la sombra no solamente sigue al sujeto,... más bien lo persigue e intimida. Bajo este contexto y como diría el gran Castañeda, la sombra puede llegar a ser el jodido predador que nos parasita, sea de día, sea de noche.
Las sombras nos muestran el lado oscuro de la dualidad en dónde estamos viviendo y experimentando. Pero esto no implica que las sombras tengan que ser siempre maléficas y negativas. Las sombras son como cada uno de nosotros queramos que sean.
Johnny McClue 2018