jueves, 27 de agosto de 2020

El símbolo de la sombra y los tres putos patos de la revista The Economist



La tradición nos cuenta que el hombre que ha vendido su alma al diablo pierde de inmediato su sombra. Carecer de sombra es sinónimo de no tener alma. Se dice que no tener sombra implica carecer de ser y no existir como ser espiritual.

En muchos pueblos primitivos encontramos que la sombra es considerada un "alter ego". Jung denomina a la sombra como "la personificación de una parte primitiva e instintiva dentro de cada individuo". Del mismo modo que el Sol se compara con la luz espiritual, la sombra es la imagen de su parte maligna e inferior, como si de un doble negativo del cuerpo se tratara.

La sombra tiene una doble simbología, por un lado es lo que se opone a la luz y por otra parte, es la imagen de las cosas irreales y cambiantes. El estudio de las sombras fue una de las primeras bases con que se empezó a desarrollar la geomancia y el arte de la orientación.

La ausencia de sombra en ciertas personas se explica en China de tres formas diferentes:
  1. debido a la permeabilidad absoluta del cuerpo a la luz por estar completamente purificado
  2. por la salida de la limitaciones de la existencia corporal que ocurre en los inmortales
  3. debido a que el cuerpo se encuentra de forma exacta debajo del Sol cuando esta en su cenit
Bajo el árbol Kien de la filosofía oriental, nunca hay sombra, ni tampoco se escucha ningún eco. Se trata del árbol por donde suben y bajan los soberanos.

Muchos pueblos africanos consideran que la sombra es la segunda naturaleza que todos los seres tienen y suele relacionarse con la muerte. En Africa se dice que "en el reino de los muertos solamente se alimentan de la sombra de las cosas.

En los pueblos indios del Norte de Canadá, a la hora de la muerte, la sombra y el alma, distintas una de otra, se separan del cadáver. Tras el proceso de separación, el alma se dirige hacia el oeste donde se encuentra el reino del lobo. Mientras tanto, la sombra permanece por los alrededores de la tumba y es la encargada de mantener las relaciones con los vivos. Las ofrendas depositadas sobre las tumbas de estos indios canadienses van destinadas a la sombra. Por aquellas latitudes se cree que el alma puede volver y unirse a la sombra para formar un nuevo ser. Este tipo de nuevos seres son los que sueñan a menudo con vidas anteriores.


Los griegos celebraban los sacrificios a los muertos al mediodía, debido a que el mediodía es considerado "la hora sin sombra". En América del Sur las lenguas indígenas utilizan el mismo vocablo para la sombra, el alma y la imagen. Para los yakuto, la sombra es uno de las tres almas del hombre y es altamente respetada, hasta llegar el punto de que los niños y niñas tienen prohibido jugar con ella. Los pueblos tungueses evitan andar sobre la sombra de otra persona.

El mito griego de la caverna nos recuerda que las sombras pueden convertirse en imágenes y hasta pueden llegar a encarnar cualquier tipo de personaje. Las famosas sombras chinescas son un excelente ejemplo del poder visual encerrado en las sombras.

Es evidente que en la mayoría de las culturas encontramos una estrecha relación entre la sombra y la alma. De forma que una persona sin sombra representa a un cadáver, o a una persona que ha vendido su alma a un tal Satán. Bajo este contexto, la simbología de la sombra guarda un gran parecido con el símbolo del espejo, al que ya dedicamos un artículo.

Una vez compartido el significado del símbolo de la sombra, es cuando podemos atacar el tema de los patos de la portada de la revista The Economist anunciados en el título de nuestro artículo.


Se trata de tres patos salvajes que aparecen volando por encima de la extraña familia sentada al más puro estilo "Simpson Family". Los tres patos salvajes no lucen del mismo modo, ya que solamente uno de ellos es el que tiene su sombra dibujada en la pared, los otros dos carecen de sombra. Pero eso no es todo, una segunda diferencia hacen encender todas las alarmas simbólicas, me refiero a que uno de los tres patos aparece precipitarse en picado hacia el suelo, se trata del pato que tiene sombra.

La mayoría de análisis simbólicos realizados sobre esta portada, relacionan los tres patos con la representación del reino animal y la naturaleza, afirmando que los tres patos anuncian la aniquilación de una tercera parte del reino animal. Pero bajo mi modesto punto de vista, estos tres patos del Economist tienen muy mala leche, simbólicamente hablando.

Los patos salvajes no solamente pueden representar al reino animal. Los patos salvajes también son sinónimo de la representación de los animales que emigran buscando mejores condiciones. Los patos representan a la perfección las olas de emigrantes humanos en busca de una vida mejor. La historia nos muestra como los seres humanos que viven en regiones pobres y áridas, tienden a emigrar hacia regiones más ricas y fértiles.

Los tres patos del Economist simbolizan a tres trabajadores que buscan una mejor vida. Pero de los tres trabajadores, solamente uno tiene alma. Los otros dos carecen de sombra y representan a dos trabajadores desalmados, al más puro estilo Robocop. Pero la revista nos muestra como solamente llegan a buen puerto los dos patos sin sombra, ya que el que cae en picado es el pato con sombra. Los tres patos del Economist nos anuncian que el Mundo llega a una nueva etapa donde los robots y las máquinas van a sustituir a todo dios. 


En diversas portadas la revista The Economist nos ha ido anunciando que el transhumanismo ha llegado para sustituir a los trabajadores y trabajadores de todo el Planeta. Millones de trabajadores van a quedarse sin empleo, por lo que una gran parte de la población va a sobrar.

Uno de los personajes de la portada del Economist que ha levantado más polémica es el niño que aparece sin usar la mascara de gas que usan sus padres y el gato. Justamente el niño sin máscara de gas representa a la nueva generación de seres humanos que serán engendrados en laboratorios y serán inmunes a todo tipo de enfermedad. Los padres podrán escoger "a la carta" las características de su futuro hijo.

El niño no lleva máscara porque es genéticamente perfecto y no necesita protegerse de ningún mal. Se trata de la nueva generación de seres humanos todos ellos procedentes de acreditados laboratorios genéticos. En dichos laboratorios los padres seleccionarán en un catalogo el tipo de hijo que prefieren tener, en un mundo en donde las mujeres nunca más van a estar 9 meses embarazadas, ni tampoco van a tener que parir.

La revista The Economist nos informa que la siguiente generación de seres humanos va ser inmune a todo tipo de enfermedad y no van a necesitar el uso de ninguna protección, al contrario de sus padres y del pobre gato. Una nueva generación de humanos que de natural no va a tener nada, para ellos todo va a ser como si de un juego se tratara. El casco militar que porta es una buena muestra de ello, al estar completamente desatado.


La agenda que maneja la élite no contempla un mundo muy poblado,... más bien todo lo contrario. Las famosas Piedras de Georgia ya nos dan una buena pista referente al número de seres humanos que van a quedar supervivientes: menos de 500.000.000 de personas.

Parece ser que se aproximan tiempos muy oscuros, tenebrosos y sombríos

Johnny McClue 2020 antes de la Sombra