En la mayoría de las tradiciones la existencia de los demonios se remonta con anterioridad a que el mundo material fuera creado. Algunos relatos de la cultura judía nos cuentan que los demonios fueron creados en el segundo día de la creación. Por contra, en los tratados griegos, los demonios existen desde mucho antes de la creación. Se suelen admitir tres clases de demonios, los buenos, los malos y los neutrales.
En cuanto al lugar en dónde residen los demonios, las opiniones están divididas. Muchos expertos afirman que los demonios provienen y habitan en el centro de la Tierra. Algunos rabinos expertos en la vieja cultura judía emplazan a los demonios en el aire y las nubes, mientras que otros aseguran que provienen del Sol y la parte oscura de la Luna.
Uno de los máximos expertos en este tipo de cuestiones demoniacas es Michel Psellus que clasifica a los demonios en seis grandes categorías. La primera de ellas contiene a todos los demonios que viven en lugares remotos y se relacionan con el fuego. El segundo grupo es el formado por los demonios del aire encargados de las tormentas y huracanes.
El tercer grupo esta formado por los demonios que habitan en la Tierra mezclándose entre los humanos y tentando a todo dios. En el cuarto grupo encontramos a los demonios del agua del mar, los lagos y los ríos, que son responsables de los naufragios y las inundaciones. En quinto lugar están los demonios que habitan bajo tierra y que son los que provocan los terremotos y las erupciones volcánicas. El sexto y último grupo esta formado por los demonios tenebrosos que viven lejos del Sol en perpetua oscuridad y nunca se muestran, ni se aproximan a nuestro Planeta.
Los caldeos y los sumerios creían en la existencia de unos seres espirituales que realizaban la función de intermediarios entre los hombres y los dioses. Estos seres eran llamados genios y presidían el nacimiento de cada persona acompañándola durante toda su vida. Según estas ancestrales creencias, habían dos tipos de genios, unos buenos y otros malos.
El genio bueno actuaba como guardián llevando a la persona hacia el bien. Por contra el genio malo, no dejaba de empujar a la persona hacia el mal. Para estos pueblos asentados junto al Tigris y el Eufrates, cada una de sus casas, palacios, ciudades y regiones tenían su respectivo genio que estaba encargado de tutelar cada lugar.
En Mesopotamia los genios eran uno de los temas preferidos con los que se ilustraban los sellos cilíndricos, las paredes y las esculturas. La mayoría de estos genios son bípedos, muy musculosos y están provistos de sendas alas. Estos genios demoniacos a menudo aparecen representados con diferentes cabezas de animales y suelen posicionarse a uno de los lados del llamado "árbol de la vida". Desde tiempos inmemorables uno de los atributos de estos seres consiste en que son portadores de luz y conocimiento.
En la cultura musulmana los Jins son una orden de seres que fueron creados 2000 años antes de que un tal Adán paseara por la tierra. En muchas traducciones vienen nombrados con el nombre de "genios". Los Jins pueden ser buenos o malos y aparecen en muy diversas formas de animales con grandes proporciones, por lo que hay quién los relaciona con los gigantes relatados en los textos antiguos. El jefe de los Jins se llama Iblis y fue arrojado del Cielo por negarse a adorar a Adán, argumentando que era un ser inferior al estar hecho de arcilla.
Las ilustraciones de los genios musulmanes se caracterizan por tener cabezas de animales como la del lagarto, la garza, el perro o el toro. Todos ellos forman parte del ejército demoníaco regido por un tal Iblis, al que veneran y obedecen sin vacilar, tal y como vemos representado en las dos imágenes siguientes:
Como podéis comprobar en las ilustraciones anteriores, el malvado jefe se representa con sendos cuernos sobre su cabeza, mientras que los dedos de sus manos también reproducen los putos cuernos. Y es que la señal de los cuernos realizada con los dedos de la mano no es una moda reciente, más bien proviene de la noche de los tiempos.
Muchos consideran que los Jins forman parte del llamado "reino de los elementales" que ya tuvimos ocasión de conocer en un anterior artículo. En el mundo occidental pensamos que los diablos con cuernos, cola y tridente son seres exclusivos pertenecientes a la cultura cristiana.
Pero los diablos también los encontramos en las demás culturas como seres provenientes del inframundo y encargados de castigar eternamente a las almas pecadoras de múltiples formas.
Los textos islámicos describen la eterna lucha del bien contra el mal representada por ángeles guerreros enfrentados a demonios. En dichas batallas los demonios siempre son superiores en número y emplean todo tipo de sucias estratagemas.
El día del Juicio Final, donde todos serán juzgados, vuelve a ser un tema referente a lo largo de la historia. La imagen de un juez celestial que imparte justicia a todos los mortales es un clásico en todas las culturas orientales y occidentales. Se trata de un juicio en dónde se decide los muertos que por sus buenas obras pueden entrar en el Reino de los Cielos, mientras que los muertos que han pecado son entregados a los demonios. En las diferentes culturas encontramos un denominador común a la hora dictar sentencia: arriba equivale al Cielo y abajo equivale al Infierno.
Al igual que en occidente, en los infiernos orientales también se practican continuamente torturas y trabajos pesados dónde los demonios son los encargados de que los castigos no cesen y duren toda la eternidad. Los siguientes tres ejemplos ilustran a la perfección como los demonios de las culturas orientales tienen un doctorado en torturas:
Las culturas y civilizaciones del continente americano también tienen sus respectivos demonios, como no podía ser de otro modo. Uno de ellos es Supay, el dios de la muerte de la mitología inca:
En la cultura maya tenemos a Kakasbal una criatura del inframundo maya provista de una gran estatura y de aspecto deforme con diversos pies y brazos. Sus ojos son llameantes y fulminan a sus víctimas de inmediato. Consume carne y sangre de todo tipo de animales, incluyendo los humanos. Muchos lo relacionan con el famoso "Chupacabras":
En la secta Sintos de Japón se enseña que el diablo para interactuar con nosotros toma el aspecto de un zorro. Africa es uno de los continentes donde el diablo es respetado y en la vida cotidiana siempre está presente. Un ejemplo de ello lo encontramos en la costumbre de durante las comidas tirar algunas migas al suelo con el fin de que el diablo también coma. En las islas de Indonesia algunos de sus habitantes dicen tener la facultad de poder tener entrevistas personales con el mismísimo diablo.
En este blog de mitos y arquetipos, ya hemos dedicado varios artículos al tema del diablo y los demonios. En uno de ellos abordamos el tema del famoso "pacto con el diablo". También hemos tratado la temática de los conjuros y ceremonias que muchas culturas han practicado y están al orden del día en más de una sociedad secreta.
Para terminar esta lista de artículos diablescos, os recomiendo el artículo en dónde analizamos la simbología de una de las obras de Salvador Dalí que no es muy conocida, pero que, satánicamente hablando, no tiene desperdicio. En esta pintura tan poco divulgada del pintor catalán, el diablo va enculando a todo dios en un macabro jueguecito. La satisfacción del diablo cornudo es tal, que acaba cagando !!!!!
Y es que la historia del diablo dando por el culo se remonta a nuestros inicios como especie. La historia viene de lejos y hace tiempo que suena.Y es que, cuando el río suena,..........
Johnny McClue 2022