Los escudos heráldicos y los blasones siempre han mostrado los símbolos más emblemáticos de la comunidad o familia que representan. el lenguaje simbólico fue determinante cuando la mayor parte de la población no sabía ni leer ni escribir. La simbología básica fue utilizada por muchos artistas, como si de una nueva lengua se tratara, con la particularidad de que se trata de un tipo de lenguaje que "entra por los ojos".
Un buen ejemplo de este lenguaje simbólico que entra por los ojos, lo encontramos en la época en que los jesuitas fueron expulsados de muchos países. Estos hechos ocurrieron durante el siglo XVIII en las principales monarquias europeas.A lo largo de la historia la orden de los jesuitas ha sido expulsada de diversas naciones por reyes y gobernantes que les vieron el plumero. Un plumero que la orden ocultaba y hábilmente camuflaba.
Ya dedicamos todo un artículo al análisis simbólico del paso de los jesuitas por América y Asia, donde a menudo la orden de los jesuitas fue comparada con la mujer de escarlata y el dragón de las 7 cabezas del famoso pasaje del Apocalipsis de San Juan. En dicho artículo ya mostramos como los jesuitas llegaron a estar presentes en todos los reinos de ultramar.
Pero las expulsiones más sonadas fueron las que se produjeron en las monarquías del continente europeo. La mayoría de los artistas de la época describieron aquellos importantes momentos históricos utilizando todo tipo de arte. Un buen ejemplo lo tenemos en los versos franceses que utilizaron las letras del nombre de la orden para comenzar cada verso. Nosotros hemos titulado este artículo, utilizando dos fragmentos de este ingenioso verso:
Esta es la traducción del anterior verso francés:
Malabaristas religiosos, Apóstoles de Satán
Enviados del Infierno para exportar sus crímenes
Sofistas corruptos de Hudson al Indostán
Usurpando el poder bajo nombres seudónimos
Intrusos dogmáticos de Pueblos y de Reyes
Derribados por la Carta, excluídos por el Evangelio
Derrotados y prófugos por el poder de nuestras leyes
Sobre suelo francés, vosotros ya no tenéis posibilidad de asilo.
El siguiente grabado nos muestra de forma magnífica una de estas expulsiones acontecidas en suelo europeo. Tres ángeles armados con espadas y flechas flameantes arremeten desde las alturas contra un grupo de jesuitas. En el escudo que cada uno de los tres ángeles sostiene, podemos apreciar a quién representan. El ángel del centro luce en el escudo las tres flores de lis que representan a los reyes de Francia. El ángel de la derecha muestra los leones y los castillos que simbolizan al reino de España. El ángel de la izquierda luce en su escudo los símbolos de la corona de los reyes de Portugal.
Los tres ángeles precipitan hacia el infierno al grupo de jesuitas sin ningún tipo de contemplación, mientras los demonios se apresuran a que ningún jesuita pueda escaparse del castigo eterno.
En el siguiente grabado volvemos a encontrar a un ángel que con espada flameante expulsa del territorio a todo jesuita. El triángulo con el nombre del Dios Verdadero que se muestra en el escudo del ángel, nos da a entender que milita en el ejército de Dios. El blasón que lleva inscrito el monumento del monolito de la derecha, nos apunta el lugar dónde los hechos acontecieron: el reino de Portugal.
El jesuita de la parte inferior cuya sotana empieza a arder nos muestra alguno de los símbolos de sus armas con las que conquistaron medio mundo. Su mano izquierda empuña un cuchillo que no creo que fuera simplemente un "abre cartas". Al lado de dicho cuchillo una pistola nos empieza a mostrar por donde van los tiros, nunca mejor dicho. Una copa vertida acompaña a la pistola simbolizando que la utilización de todo tipo de venenos mortales, estaba a la orden del día.
En la esquina aparece una careta haciendo alusión a la hipocresía y la mentira que los jesuitas utilizaron en sus conquistas por doquier. Los dos mochuelos que revolotean en sus piernas simbolizan prácticas oscuras que muy poco tienen que ver con la Luz de la Verdad. Los mochuelos y las lechuzas no soportan la luz del Sol, por lo que sus actividades oscuras siempre se realizan en la oscuridad y el ocultamiento.
Los ángeles celestiales siempre han tenido un protagonismo muy importante en este tipo de expulsiones sonadas, son los encargados de ejecutar las órdenes divinas contra todos los pecadores, calumniadores y amantes de lo oscuro. En estos trabajos de expulsión también suelen intervenir los soldados del rey, tal y como vemos en la imagen de la derecha. El poder celestial y el poder real trabajando unidos en labores de limpieza.Otro grabado de la época nos muestra con alegría y satisfacción como los reyes de Portugal en 1760 expulsaron a los jesuitas de su nación entre los truenos y los relámpagos provocado por el júbilo de los ángeles celestiales.
A pies de los reyes portugueses, aparecen ardiendo todas las falsas doctrinas y preceptos con los que los jesuitas embaucaron a los monarcas. El causante del incendio es un rayo proveniente del escudo real, mientras este es subido a las alturas celestiales en manos de los ángeles. Una de las labores de los ángeles es la de salvaguardar los valores más preciados y sagrados.
El escudo central nos muestra simbólicamente las armas que los jesuitas utilizan para poder alcanzar sus objetivos y eliminar a todo personaje que se oponga a la realización de dichos objetivos detestables y maquiavélicos .
El cordón de serpientes que rodea al escudo nos advierte que se trata de un emblema maléfico. Se trata de una cadena de venenosas víboras, el animal que mejor simboliza la mentira, el veneno y la traición.
Las víboras parecen salir de la boca del rostro de la parte superior. Se trata del rostro de la calumnia que luce una corona decorada con escorpiones y espadas, señal inequívoca de que la corona se ha conseguido utilizando el veneno y el asesinato.
En la parte inferior nos aparece otro rostro dentro de una medalla con nombre y apellido: Nicolás Maquiavelo, considerado por los jesuitas como un verdadero maestro. La medalla de Maquiavelo aparece colgando del cordón formado por las ya mencionadas víboras.La parte central nos muestra el propio escudo y sus armas. En el centro un hombre aparece colgando de una horca en forma de escuadra. Pero no debemos confundir este símbolo de la horca con el ahorcado que aparece bocabajo en la carta del Tarot número 12 que suele denominarse "El Colgado". En la carta 12 del Tarot el ahorcado aparece siempre colgado bocabajo con sus dos ojos bien abiertos entre dos troncos verticales con sus ramas podadas.
La horca es símbolo de suplicio para esclavos y maleantes, pero tiene un aspecto que complica la situación ya que puede ser utilizada para ajusticiar a un pecador, pero tambien puede ser un instrumento de suicidio donde no hace falta que alguien te ayude. Una muestra es el caso de Judas que no preciso de ayuda para suicidarse. Entre todos los suicidios de presos en que han aparecido ahorcados en sus celdas, sería curioso poder conocer cuantos de ellos no fueron realizados a solanas.
Alrededor de la horca, dos elementos simbólicos se repiten, una copa con un escorpión y una aspa formada por una antorcha encendida y una espada. No hace falta ser un experto en simbología para poder afirmar que este escudo no tiene nada bueno. En el artículo que dedicamos al símbolo del escorpión, ya compartimos el profundo significado maléfico y la relación que siempre ha tenido con la magia y los venenos. Cuando el escorpión aparece dentro de una copa, es mejor tomar una CocaCola!!!
A la derecha del escudo vemos representados a dos jesuitas mostrando la lista de los fundadores de la orden. El jesuita más alto porta en su mano izquierda una careta, símbolo de la hipocresía, mientras que con la derecha sujeta una palma, símbolo de martirio, con la que bendice la lista de fundadores. Pero por debajo de su sotana aparece otro personaje que porta una daga y una antorcha. Una forma muy elegante de mostrar que los asesinos no eran jesuitas, pero estaban a sus órdenes.
Al lado de los jesuitas encontramos bajo cierta penumbra una estatua con sombrero y sombrilla de estilo oriental encima de un pedestal. Es una muestra y un recuerdo de que los jesuitas aceptaron convivir en China junto a la gran idolatría que el país oriental tenía.La izquierda del escudo refleja la ira y furor con que los jesuitas trataban a la religión católica. Ya hemos visto que los artistas de la época comparaban a la Compañía de Jesús con el dragón de 7 cabezas descrito por San Juan. En este escena el terrible dragón de la Apocalipsis de San Juan es el encargado de no dejar títere con cabeza.
El dragón de la Apocalipsis representa a la perfección a la sociedad fundada por Loyola. De un mismo tronco común emergen una serie de diferentes cabezas que trabajan por un mismo objetivo. La imagen de las cabezas y garras del dragón destrozando todo a su paso habla por si misma, la Santa Biblia, los Concilios, leyes civiles, decretos reales, decretos papales, Tablas de la Ley, el Santo Incienso, el poder real simbolizado por la corona, el poder eclesiástico simbolizado por la tríada y la mitra. Este dragón lo destruye todo, inclusive lo más sagrado.
La última de las cabezas profana lo más valioso que la Iglesia tiene: el Santo Cáliz representando al mismísimo cuerpo y sangre de Jesucristo. Tal y como decíamos, hay que reconocer que este dragón no dejó títere sin cabeza.
Johnny McClue 2021