El Diablo del mueble de la sacristía nos presenta su mano izquierda en forma de "mano cornuta". Se trata de un excelente ejemplo que nos demuestra que el Diablo y la mano cornuta tienen una vieja relación. Los partidarios de que la mano cornuta es un símbolo nacido en la época del rock, cambian su opinión ante la evidencia que ofrece el mueble de la sacristía.Ya dedicamos todo un artículo al tema de la mano cornuta.
Además, el libro dedica todo el capítulo VII a la Cartomancia y al Tarot. De todos es conocido que Gala era amante de consultar a diario el Tarot y de que un gran número de amigos de Gala y Dalí eran aficionados a todo tipo de prácticas esotéricas. Dichas aficiones esotéricas quedan reflejadas en todo el mazo de cartas del Dalí Tarot. Por tanto, no sería de extrañar que Gala poseyera un ejemplar de esta obra publicada por Librairie de France. La expresión del rostro del diablo asomando la cabeza n el mueble de la sacristía, es muy similar al rostro que nos muestra Dalí en su carta número 15.
En su carta Dalí nos muestra la cabeza del Diablo apareciendo tras un cuadrado negro al que convergen todas las líneas de la obra. El cuadrado negro se nos presenta como el centro de la obra desde donde el Diablo nos dirige su mirada, que de alegre no tiene nada. En donde el Diablo está, todo es oscuridad y la luz brilla por su ausencia. En realidad, no sabemos si las tres diosas son las que están encerradas o es el diablo el que se encuentra cautivo y, portal motivo, aparece llorando. Por contra, las tres diosas parecen alegres y felices, mientras ignoran por completo al diablo.
Para Dalí las tres diosas del Juicio de Paris eran el perfecto ejemplo de la extraordinaria belleza del glamour femenino que Tauro y Venus regentan por doquier.
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JUICIO DE PARIS - SALVADOR DALÍ |
En esta carta número 21, los extremos de las tres cadenas que sujetan a las diosas parecen proceder de la base de la ventana por donde asoma el diablo.
En el Juicio de Paris mitológico, es Zeus el que ofrece las tres diosas a Paris con el fin de que elija a una como la más bella. En la carta de Dalí es el Diablo quién nos ofrece a la tres diosas, como si el mundo en donde estamos fuera un permanente escaparate de tentadores placeres pecaminosos. Las tres mujeres desnudas de la carta parecen estar en una subasta de esclavas intentando persuadir al primer cliente que aparezca por el lugar.
La transformación que nos propone Dalí en su carta es total. En la versión original el centro de la escena es una bella mujer desnuda, mientras que en la versión de Dalí el centro de atención lo ocupa el diablo. En la versión original la mujer aparece rodeada por una corona de laurel en forma de almendra, pero la carta de Dalí el Diablo aparece de la absoluta oscuridad a través de una ventana cuadrada. La diferencia simbólica entre una forma cuadrada y una forma curva en almendra es abismal, el pintor catalán era muy conocedor de todas estas cuestiones simbólicas.
Algunas de las versiones más antiguas que se conservan de la carta correspondiente al Mundo, justamente nos muestran dos ángeles sosteniendo al Mundo dentro de un gran círculo o esfera. En la imagen de la derecha. vemos la versión de El Mundo del Tarot de Visconti.Pues bién, ni corto ni perezoso, Salvador Dalí en su versión particular de El Mundo, nos invierte los valores y el círculo pasa a ser un cuadrado por el que se asoma el Diablo.
En 1976 Salvador Dalí se publicó un portafolio titulado "Visions Surrealiste" que contenía 4 litografías relacionadas con 4 cartas del Dalí Tarot: La Muerte, El Mundo, La Emperatriz y El Hermitaño. De cada una de las 4 litografías en color se realizaron 100 copias numeradas. La litografía basada en la carta de El Mundo se titula "Obsessions of the Heart (The World)".
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"Obsessions of the Heart (The World)". |
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LAS 4 LITOGRAFÍAS DE "VISIONS SURREALISTE" |
El título del portafolio (Visions Surrealistes) y el título de la litografía (Obsessions of the Heart) nos ofrecen unas buenas pistas con las que poder comprender mucho mejor el significado de la carta El Mundo del Dalí Tarot.
La principal diferencia entre la carta y la litografía consiste en que las tres diosas de Lucas Cranach son sustituidas en la litografía por tres siluetas blancas muy estilizadas con sus contornos en negro. En la litografía las tres siluetas ya no aparecen estar encadenadas a la ventana cuadrada del Diablo.
Pero cuando nos fijamos en las tres siluetas de la litografía con atención, nos damos cuenta que de unos detalles simbólicos de importancia. Cabe destacar el hecho de que las dos siluetas de cada extremo son femeninas y lucen unos largos cabellos, pero la silueta central tiene el pelo corto y no queda claro si es un hombre o una mujer. Es la silueta central la que abraza a las otras dos.
Por otra parte, la silueta central no tiene piernas, mientras que los pies de las otras dos siluetas, en lugar de ser humanos, parecen ser unas patas de cabra.
Las siluetas de la litografía al no estar atadas con cadenas permiten que podamos ver con más detalle el líquido que se derrama desde la base de la ventana cuadrada.
Por los tonos rojizos del líquido y con la palabra corazón formando parte del título de la litografía, podemos sospechar que se trata de sangre.La forma con que vemos que se derrama dicha sangre no es muy normal, ya que se perciben como si de dos cuernos se tratara. El Diablo del mueble de la sacristía nos hace los cuernos con su mano, mientras que el Diablo de la carta es con la sangre con la que nos hace la mano cornuta.
A la derecha es en donde el pintor nos estampa su firma con un detalle que simbólicamente es importante: uno de los extremos de la letra D inicial tiene forma de una cola como la de los diablos tradicionales. Por otra parte, la cola apunta hacia la sangre derramada. Y es que la sangre siempre fue una de las grandes obsesiones de Dalí. Para el pintor de Figueras, el color rojo de la sangre era sinónimo de pasión y fuerza vital.
Debajo de los labios del Diablo de la carta de El Mundo del Dalí Tarot, aparecen unas formas curvas redondeadas con el color rosáceo de la piel humana. Salvador Dalí nos esta mostrando una de sus obsesiones: las curvas de los cuerpos femeninos. La obsesión hacia los cuerpos es tal, que hasta llega a devorarlos. Se trata del pecado de la carne del que el Diablo tiene la patente por los siglos, de los siglos.
La obsesión carnal es una de las armas con las que el Diablo nos hace pecar. Es una de las tentaciones en las que caen irremediablemente un sinfín de seres humanos con Salvador Dalí a la cabeza. Toda la obra del pintor ampurdanés esta repleta de magníficos cuerpos femeninos donde la línea recta no existe. Las tres siluetas de la litografía nos demuestran que, para Dalí, las curvas y lo femenino van de la mano.
El famoso sofá y la chimenea en forma de nariz que se exhiben en el museo de Figueras nos recuerdan que la sensualidad no conoce la línea recta. El parecido es muy evidente.
En la carta de El Mundo versionada por Dalí hay un detalle que no es fácil poder lidiar con él, en sentido simbólico. Me refiero al objeto que aparece en el marco de la ventana, justo encima de la firma del pintor.
Se trata de una extraña mancha negra verduzca que en su interior tiene 5 pequeñas elipses en tonos azul. En todo el mazo del Tarot versionado por Dalí, solamente en la carta del ermitaño encontramos algo parecido o similar, coronando su cabeza: una joya decorada con elipses azules.
En la carta del ermitaño no hay duda de que se trata de una joya medieval que hace las funciones de las aureolas doradas de las personas santas. Estamos ante la forma tradicional en que, con un círculo dorado detrás de sus cabezas, las personas santas se distinguen del pueblo llano.
Sin embargo en la carta de El Mundo la joya medieval aparece con escasa definición, como si estuviera desenfocada. Y en lugar de estar detrás de la cabeza, la joya aparece desvaneciéndose por la ventana, como si el viento se la llevara.
¿Podría ser que Dalí nos estuviera contando que el rostro de la ventana ha perdido su santidad?, como si de una pista se tratara para poder conocer la persona que se esconde detrás del rostro.
Pero aquí no acaba la cuestión con esta joya medieval. En todo el mundo hay un museo famoso por su colección de joyas medievales bautizadas con el nombre del "Tesoro de Colmar. Y este museo no es otro que el Musée de Cluny que recordemos que es el mismo museo que muestra el mueble de la sacristía con el Diablo enseñando su mano cornuta.
¿Acaso Dalí nos ha puesto una pista para que podamos conocer la identidad del rostro que asoma por la ventana?
El Diablo que asoma por la ventana cuadrada de la carta de El Mundo tiene un apetito carnal insaciable y desbocado. Su rostro nos muestra la sensación de sentirse atrapado por una obsesión carnal que jamás termina, es eterna.
Salvador Dalí a la hora de versionar la carta de El Mundo, se olvida de las coronas de laurel y de los 4 Evangelistas, para concentrarse en mostrar la cruda realidad de nuestras vidas, repletas de pecados y obsesiones. El Diablo nos tiene esclavizados y atados con unas cadenas que la gran mayoría no quieren ver. Muchos son los que hoy hasta llegan a afirmar que el Diablo no existe y que solamente se trata de una superstición. Pero, según como hemos ido viendo en este artículo, Salvador Dalí y Gala pensaban todo lo contrario.
Tras toda esta serie de deducciones mundanas y diabólicas, se nos plantea una cuestión relacionada con los personajes que protagonizan el mazo del Dalí Tarot. Todos los mazos del Tarot se caracterizan por que nunca el mismo personaje sale en dos cartas. Cada carta del Tarot tiene su personaje y nunca se repite.
Si el personaje de la carta de El Mundo del Dalí Tarot es el Diablo, entonces,....
¿Quién coño es el individuo que aparece, mariposa en mano, en la carta número 15 del Dali Tarot?