lunes, 6 de mayo de 2019

El surrealista y pacífico Guernica de Salvador Dalí - La batalla de Tetuán tercera parte


En los dos artículos anteriores dedicados al análisis simbólico de La Batalla de Tetuán de Salvador Dalí, hemos estudiado detenidamente cada uno de los elementos que aparecen sobrepuestos en dicha pintura. Gracias a dichos análisis hemos podido comprender muchos aspectos de su obra que antes nos habían pasado desapercibidos.

En el artículo de hoy vamos a analizar la escena general y el resto de elementos sobrepuestos que aún no hemos estudiado. En diversos lugares he leído que Dali para la escena principal del cuadro se inspiró en una fotografía de una carga berebere que fue publicada en la revista norteamericana Life. Desconozco si esto es cierto, pero me ha sido imposible encontrar dicha fotografía de Life. Como ya vimos en el artículo anterior, lo que si podemos afirmar es que la carga berebere que Dalí reproduce "volando" debajo el gran sable, es una copia de la carga central pintada por Fortuny en su cuadro de Tetuán.

Para poder analizar la escena general que Dalí nos muestra en este gran cuadro, puede sernos útil conocer como el propio maestro explicaba su particular versión del enfrentamiento entre España y Marruecos. Dalí explicaba que la composición general de la escena  fue una inspiración que tuvo un buen día leyendo el periódico. Pero Dalí no solía leer los periódicos como el resto de los mortales. A Dalí le fascinaban las formas que adquirían las líneas y los espacios de la escritura tipográfica impresa en los periódicos. Una de las páginas de los periódicos de aquellos días colocada en sentido inverso fue la que le inspiro la composición de su pintura.

UNA BATALLA SIN SANGRE, SIN HERIDOS Y SIN EJERCITO ENEMIGO

La versión de Dalí del enfrentamiento entre españoles y marroquíes no muestra ni sangre, ni barbarie. Tampoco vemos ningún soldado español, casi todos los personajes representados en la escena de la obra de Dalí son musulmanes.


La mayoría de los rostros de los jinetes musulmanes no se perciben y en su lugar es el color negro el que destaca. Parece ser que Dalí era conocedor de que el Islam prohíbe pintar caras y rostros humanos. Los pocos rostros que se perciben corresponden a sujetos que no siguen la ley del Corán, como es el caso de dos de los jinetes de primera fila: el propio Dalí y la mismísima Gala avanzando a todo galope.

Esta curiosa forma de representar a los árabes con rostro negro y rodeado por el turbante blanco, es utilizada por el pintor de Figueras en diversas de sus obras de la década de los 60. En dichos trabajos, los árabes y la molécula de la vida son los protagonistas.





Es imposible poder contar el número de musulmanes que aparecen en La Batalla de Tetuán de Salvador Dalí. En el cuadro se reflejan multitud de diferentes escenas donde musulmanes y números se mezclan y se apalean. No se perciben explosiones, ni cañonazos, ni tan siquiera el disparo de una arma. Los palos y las picas son las únicas armas con las que una multitud incontable de moros se apalea a diestro y a siniestro.

Dalí utiliza a lo largo de la escena diversas técnicas y formas con que reproducir las figuras de los guerreros musulmanes batallando a golpe de palo o pica. He aqui dos ejemplos:



LAS NÚMEROS SON DE IZQUIERDAS

Pero es curioso observar que ante tanta batalla, la sangre, los heridos y las explosiones brillen por su ausencia. Solamente se percibe una zona del cuadro en donde se reproduce algo parecido a una explosión. Ocurre justo debajo de las patas traseras del caballo volador de Atila y es una explosión numérica por excelencia pintada con los colores del fuego. Parece como si este lugar fuera la fuente desde donde emanan todos los números camuflados a lo largo de la obra.


Tanto numero suelto es, sin lugar a dudas, un homenaje al pueblo musulmán que inventó el sistema numérico que hoy utilizamos. Pero los numeros no están repartidos por igual a lo largo de la obra, solamente la parte izquierda de la obra contiene los numeros camuflados. Salvador Dalí nos demuestra con este detalle que durante toda su vida siempre estuvo atento a todos los avances científicos que se fueron realizando.

La Batalla de Tetuán hace honor a todos los científicos que ayudaron en sus investigaciones a descubrir las diferentes partes y funciones del cerebro humano. La diferenciación de los dos hemisferios cerebrales de los humanos queda bien patente en La Batalla de Tetuán. Los árabes inventaron los números, pero los números y las matemáticas pertenecen solamente al hemisferio izquierdo del cerebro humano. Y esta claro que Dalí tomo buena nota de ello, la distribución de los números en esta pintura, no deja lugar a dudas. Los números están a a izquierda, la parte derecha de La Batalla de Tetuán carece de números.


En este sencillo gráfico se puede comprobar la especificación de cada uno de los dos hemisferios cerebrales. Los números y las letras son gestionados por el hemisferio izquierdo. Las matemáticas y los números son de izquierdas, mientras que el arte y la música son de derechas.


EL POBRE SOLDADO PISOTEADO

Ha llegado el momento de fijarnos en la pobre víctima de primer término que es pisoteada por el avance de la carga berebere capitaneada por el mismísimo Dalí con turbante. No hay duda que la pintura muestra como el caballo de Dalí acaba de pasar por encima de este cuerpo boca arriba semi-desnudo.

Con respecto al número de cadáveres y heridos reflejados en la pintura, hay una gran diferencia entre la versión de Fortuny y la de Dali.
En la versión de Fortuny de la batalla, aparecen diversos cuerpos de muertos y heridos que son pisoteados sin compasión por los jinetes musulmanes pintados en primer término.


Por contra, en la versión de Dalí solamente se ve un cuerpo pisoteado por el avance de los caballos que aparecen en la primera fila del cuadro. En todo el resto del cuadro Dalí no pinta a ningún otro moribundo, el resto de soldados y jinetes aparecen "vivitos y coleando".


El cuerpo pintado por Dalí debajo de los caballos aparece boca arriba pero la pata delantera derecha del caballo de Gala no nos permite ver su rostro por completo. Sin embargo, su brazo izquierdo esta extendido hacia el espectador de forma clara y evidente, el resto de su cuerpo queda mucho más escondido entre tanto polvo y pezuña galopando. La mano de su brazo izquierdo se nos presenta con su palma y sus dedos mirando el cielo, con diferencia, es la parte del cuerpo que mejor definida está.

¿Porqué motivo Dalí solamente pinta a un pobre desgraciado para que sea pisoteado por los equinos?

En las escenas bélicas similares pintadas por otros pintores, es habitual ver debajo de los caballos hasta niños y mujeres.

Con esta monopolización de muertos y heridos, ¿No estaremos ante otro guiño surrealista del pintor catalán?

¿Hay en la historia del arte una pintura famosa dedicada a la guerra y que solamente refleje a un soldado muerto?

Si, el Guernica de Picasso

Otra vez volvemos a encontrar un ejemplo de como las obsesiones de Dalí quedaron reflejadas en sus grandes obras,... y Picasso fue una de las grandes obsesiones del pintor de  Figueras. Las obsesiones de Dalí nos van a dar siempre el lugar desde dónde empezar a tirar del hilo.
La respuesta vuelve a estar en Picasso.



Picasso en todo su Guernica solamente pinta a un hombre muerto, el resto de personajes están vivos y son femeninos, o son animales. El soldado del Guernica aparece en la parte inferior izquierda debajo las patas delanteras del caballo que ocupa el centro de la obra. Picasso nos presenta a este soldado muerto boca arriba con un brazo derecho amputado y el izquierdo extendido con la palma de la mano mirando al cielo.

Tanto el Guernica como La Batalla de Tetuán muestran solamente a un muerto tendido boca arriba que extiende su brazo izquierdo. Demasiados parecidos para que solamente sea una casualidad.



EL MONSTRUO DE LA GUERRA DESCIENDE A ESCENA Y DEVORA

Ha llegado el momento de poner atención  a dos pequeñas y diferentes escenas que apenas son divisadas en una vista general del cuadro, pero que bajo mi modesto punto de vista, tienen un profundo significado simbólico. Se trata de dos escenas camufladas, a no ser que prestemos atención y nos preguntemos: ¿Qué demonios es lo que Dalí nos ha pintado?

La primera escena la encontramos debajo del caballo volador de Atila, se trata de una escalera de cuatro peldaños de piedra situada justo debajo de las dos patas delanteras del caballo de Atila. Por dicha escalera desciende un extraño animal que nos vuelve a recordar al monstruo de la guerra del que tanto hemos hablado en los dos anteriores artículos dedicados a Tetuán. El monstruo aparece justo debajo de la pezuña delantera izquierda del caballo de Atila y se muestra descendiendo la escalera con una de sus extremidades finalizando con forma de pezuña que se apoya en el peldaño inferior.


La escalera de cuatro peldaños en cuestión, esta situada entre los brazos de dos de los jinetes árabes que participan en la escena central de la carga berebere. Pero de forma muy evidente, cada uno de los brazos de estos jinetes acaba formando un enorme número 3. Por tanto el monstruo de la guerra desciende y aparece en escena entre el número 33, por lo que vuelven a saltar todas las alarmas conspiranóicas.

¿Nos esta diciendo Dalí que la guerra y la masonería van de la mano?

Pero este extraño monstruo de color oscuro con sombras plateadas y pezuñas, nos lo volvemos a encontrar en el centro del cuadro. Llegados a este punto, es el momento de aclarar el número de muertos que aparecen en la versión de Dalí, porque en realidad,
el pobre hombre pisoteado en primera fila no es el único muerto o herido. La obra muestra a otro muerto, que apenas es apreciable, pero que esta más muerto que Matusalem.

Esta situado entre la cabeza de la amazona Gala y el jinete árabe que cabalga a su izquierda. Un hombre con turbante blanco aparece muerto con su brazo izquierdo completamente tendido. El resto de su cuerpo no aparece ya que un extraño animal le esta devorando sus entrañas y un reguero de sangre desciende por la roca. Es la única sangre representada en toda la obra. Una de las extremidades del monstruo termina en forma de pezuña y es idéntica a la que desciende por la escalera de 4 peldaños. Se trata del mismo extraño animal, es el monstruo de la guerra que desciende al escenario bélico y devora a las pobres víctimas sin compasión.


LOS MUROS Y EL ENTRAÑABLE RECUERDO A FEDERICO GARCIA LORCA

En el centro de la obra hay una pequeña construcción derrumbada por el paso de la guerra, justo detrás de la cabeza de Gala. El brazo derecho levantado de Gala empuña una arma y de forma conjunta forman un espléndido número 7 que aparece justo delante de la mencionada construcción derrumbada con forma de muro.

En 1962 aún faltaban muchos años para que el muro de Berlin y el muro de Trump fueran noticia en periódicos y noticieros. Pero Salvador Dalí tenía la lección de los símbolos y arquetipos muy bien aprendida y, en un cuadro dedicado a la guerra, no podía faltar el máximo exponente del "Divide y vencerás": un muro.


Pero atención, el muro de Dalí esta derrumbado y no ha detenido el avance de los jinetes y sus caballos. Podemos empezar a entender el porqué en la versión de Dalí solamente se refleja el ejército de uno de los dos bandos.

Dalí y su muro derrumbado es sinónimo de paz en un mundo sin fronteras donde la división no existe nunca más. Sería conveniente hacer llegar la versión de Dalí de la Batalla de Tetuán, a un señor rubio que vive en una casa blanca y es muy aficionado a la práctica del "Divide y vencerás" con sus vecinos del Sur.

La meseta de color gris que el muro parece querer defender, esta realmente desolada y sin vida. El pie de la guerra por donde pasa,... todo arrasa. Alrededor del pie, no queda nada, solo ceniza gris. Al contemplar esta meseta asolada todos los catalanes recuerdan una de las citas literarias preferidas de Dalí: "L'amor y la guerra son la sal de la terra"


Este muro derrumbado de La Batalla de Tetuán es una prueba más de que Dalí era un visionario que durante toda su vida vivió adelantado a su tiempo. La historia del siglo XX ha convertido el arquetipo del muro en un autentico símbolo de la opresión. El muro separa, divide y dificulta el camino de cada uno de nosotros. Nuestro miedos y el muro están intimamente relacionados.




En la antigüedad los muros eran sinónimos de seguridad y confort. Durante siglos la humanidad ha estado jugando a invadir y saquear a todo hijo de vecino. Bajo este contexto, los muros proporcionaban un modo de poder vivir a salvo cuando una comunidad era invadida por algún vecino con hambre de conquistas.

El muro como arquetipo de separación y protección lo encontramos representado en la carta del Tarot número 19, donde la pareja protagonista permanece feliz y protegida, gracias a un muro que los separa del resto. A este importante arquetipo de separación, ya le dedicamos todo un articulo hace unos meses atrás.


Uno de los muros del siglo XX que tristemente pasará a la historia de la estupidez humana es el muro que separa Palestina de Israel. En occidente pudimos derrumbar el de Berlín, pero estamos acabando la segunda década del siglo XXI, y el de Palestina se sigue ampliando. Nosotros mismos lo llamamos "muro de la verguenza", pero con telepatía y nuestro pensamientos, nunca lo derrumbaremos.

Del muro de Trump, es mejor ni hablar, pues parece ser que Sión y los muros van de la mano.


Pero volvamos a nuestra batalla simbólica a la que ya le hemos dedicado 3 artículos, este muro derrumbado que aparece en el centro de la escena, no es el unico muro que Dali nos pintó en su particular versión de la Batalla de Tetuán. Justo encima de la cabeza de Dalí, encontramos pintado a otro trozo de muro muy peculiar. Parece estar construido con el mismo tipo de ladrillo con el que esta construido el muro derrumbado. Pero este segundo trozo de muro en lugar de tener el extremo derrumbado, encontramos que dicho extremo esta construido por piedra blanca. Una construcción con bloques de piedra blancos que forman un número 1. Hay que tener presente que La Batalla de Tetuán de Dalí esta repleta de números camuflados por doquier, pero en toda la obra solamente hay este número 1 dibujado de forma clara.


Bajo mi modesto punto de vista simbólico, este muro blanco representa de forma magistral al mejor amigo de Dalí, Federico García Lorca, que en uno de los versos de su poema "La Sangre Derramada" nos muestra su repudio a la sangre y exalta a España diciendo:
"¡Oh blanco muro de España!"
Podemos empezar a comprender el motivo por el que el único número uno representado en el cuadro, forma parte de este muro situado justo encima de la cabeza de Dalí galopando hacia adelante con un turbante musulmán que forma un expléndido número 2.

Sobre dicho muro de color blanco, observamos la única secuencia numérica ordenada en sentido creciente que contiene la obra. Los números de dicha secuencia,lucen en color negro ascendiendo en diagonal hacia la derecha y son el 4, 5, 6, 7 y 8. Esta serie de números encadenados forman todos juntos un muro o barrera imaginaria que claramente separa a los árabes de la meseta central completamente desolada al estar pisada por el mosntruo de la guerra.



Ha llegado el momento de empezar a encajar algunos elementos simbólicos que ya hemos estudiado en los dos anteriores artículos dedicados a esta pintura. Y me estoy refiriendo principalmente al "têtu", el particular martillo de picapedrero que Dalí utiliza de forma surrealista para encriptar el propio título de la obra.

El martillo de picapedrero es con el que justamente se construyen los muros de piedra. El picapedrero se sirve del martillo para que cada una de las piedras encaje de forma correcta en su lugar. Pero esta clase de martillos también se utilizan para derrumbar y destruir cualquier muro de piedra, incluido el muro de Berlín. Cuando Dalí pintó La Batalla de Tetuán, aún faltaban unos cuantos años para que el Muro de Berlín fuera derrumbado a golpe de "Têtu". Sin lugar a dudas, este hombre nacido en Figueras manejó los símbolos y los arquetipos como si de un verdadero visionario se tratara, al más puro estilo Nostradamus.




Como podemos podido comprobar en las anteriores imágenes. el "têtu" que Dalí plasma de forma magistral en su obra no construye,... sino que destruye las barreras que separan y dividen a todos los seres humanos.


Cuanto más profundizamos en la simbología utilizada por Dalí en este cuadro, más nos damos cuenta que este cuadro no es ni violento ni bélico. Este cuadro es un canto a la PAZ!!!!!!


EL CHATARRERO QUE SE LAS PIRA

La vida por si sola, suele ser cruel. En la vida animal encontramos miles de ejemplos. Pero lo que no podemos hacer los humanos es añadir más leña al fuego, con guerras y disputas por doquier. El Homo Sapiens con comportamiento pacífico puede alcanzar grandes metas. Pero un Homo Sapiens violento solamente tiene un camino a seguir, el de la extinción.

Bajo este contexto, los jinetes galopando en primera fila del cuadro con Gala y Dalí a la cabeza, no están batallando contra un adversario. Los jinetes de la versión de La Batalla de Tetuán se están alejando al galope de las atrocidades que el monstruo de la guerra ejecuta a sus espaldas, donde nada vivo ha quedado.

Solo hay una solución: alejarse con viento fresco, tal y como también hace el misterioso personaje de la esquina inferior de la derecha.


Se trata de un andrajoso sujeto del que solo vemos una parte, pues parte de su cuerpo se encuentra fuera del cuadro. De forma literal se podría decir que el individuo en cuestión se escaquea de la contienda.

Este pobre hombre no pasaba por casualidad cuando Dalí diseño su versión de La Batalla de Tetuán.  En los análisis de los elementos simbólicos de este cuadro, hemos ido aprendiendo que el pintor catalán tenía la escena muy bien planeada. Si este tipo mal vestido esta en primer plano en una de las esquinas, es por alguna razón o razones de máxima importancia para el genio de Figueras. No nos queda otra opción que empezar a sospechar que en esta esquina volvemos a tener gatito encerrado.

Parece la ropa de un herrero o de un chatarrero.¿Qué hace un herrero o un pordiosero paseando por delante de La Batalla de Tetuán?

Veamos, el individuo en cuestión, va muy mal vestido. No parece que sea un soldado y por su forma de vestir tampoco parece el típico marroquí. Viste con una gruesa tela gris que inclusive también le cubre parte de su misteriosa cabeza con un detalle que no nos puede pasar por alto. Me refiero al extraño contorno rojizo de la parte superior de su cuero cabelludo.

Este sujeto es una especie de picapedrero, herrero o chatarrero que muestra una clara intención: alejarse de la batalla y desaparecer. Volvemos a tener gato encerrado, sin lugar a dudas. Es el momento de volver a meterse dentro del surrealismo de Dalí y pensar en francés, como el siempre hacia.

En francés un chatarrero es un "ferrailleur" y se trata de un término que también suele emplearse para las personas amantes a las disputas y las batallas.

Ferrailleur .- chatarrero, vendedor de hierro viejo.- persona que siempre discute y disputa.- un pendenciero .- espadachín

También lo encontramos relacionado con un verbo que tiene mucho que ver con espadas y sables:

Ferrailler .- acto de hacer chocar las espadas, batirse a sable .- espadachinear .- disputar vivamente

Salvador Dalí en su versión de La Batalla de Tetuán nos pinta "La Ferraille de Têtu" con el propio "ferrailleur" desapareciendo por una de las esquinas del cuadro. El sujeto que da la espalda a la escena principal y desaparece por la esquina derecha es la representación de la disputa y la lucha que se aleja y pasa de todo.

Estamos ante un cuadro sin disputa, sin batalla, sin lucha, sin cañones, sin bombas, sin sangre. Un cuadro que nos muestra a unos hombres y mujeres que han aprendido la lección.
En lugar de "La Batalla de Tetuán", Dalí lo hubiera podido llamar:
"Prohibido jugar al divide y vencerás"


Hay dos famosas frases francesas que muy bien podrían estar relacionadas con el misterioso individuo con el cuero cabelludo encendido que se las pira.

Hay una famosa frase en francés relacionada con la ropa vieja y andrajosa que reza:
"S'habiller aves des fripes"
equivale a "vestirse de gallo" o "ir vestido con ropa vieja"

Cuyo significado esta intimamente relacionado con la expresión "vestirse como un gallo" y, por tanto se relaciona con uno de los animales más importantes dentro del mundo de mi querida simbología: el gallo.

En frances el gallo se llama "coq". La expresión francesa "rouge comme un cop" equivale a "estar encendido como un gallo". Cuando Dalí pintó en rojo el contorno superior de esta cabeza,
¿tenía en mente esta anterior expresión?
¿con quién estaba pensando con tanto gallo encendido?

Todas las pistas acerca de la identidad de este sujeto, nos vuelven a llevar otra vez, a las más profundas obsesiones y envidias de Salvador Dalí. Se trata de uno de los pintores cubistas identificado con el gallo,... Pablo Picasso.


El propio Picasso se autoretrataba con su cabeza  aludiendo al gallo. Junto con el toro, el gallo es uno de los animales con que Picasso se identificaba a lo largo de su obra.



La tendencia a marcar en rojo la parte superior de su cabeza la encontramos en Picasso  hasta al final de su carrera en uno de sus últimos autorretratos realizado cuando tenía 90 años. Por tanto, La Batalla de Tetuán de Salvador Dalí es muy anterior a este famoso autorrerato de Picasso.
¿Estamos ante una pelea entre dos de los mejores gallos que crearon arte durante el siglo XX?





El mundo del arte y las obsesiones de los artistas, están intimamente relacionados con la parte más oculta y profunda de sus seres. Son seres con una gran capacidad para crear desde la profundidad de sus egos. Se trata de un don muy escaso que no puede ser comprado. Los que poseen dicho don solemos clasificarlos a parte bajo la denominación "verdaderos genios del arte".

LA CASACA AGUJEREADA DEL GENERAL PRIM

Uno de los elementos que llama más la atención en el cuadro de la versión de Dalí es el enorme brazo y sable que aparecen sobrepuestos en la parte superior derecha de la obra. Se nota que para Dalí este brazo y el sable eran muy importantes. En el primer artículo dedicado a Tetuán ya comentamos que Dalí en este caso utilizó a un modelo vestido de general y provisto de un autentico sable (la foto de los dos espadachines). Recordemos que en toda la pintura, es el único combatiente que porta uniforme militar español.

El brazo derecho del general con el sable del cuadro de Dali tiene una herida en su antebrazo. La tela de la manga de la casaca azul del general de caballería, se muestra visiblemente rasgada.


Los expertos en arte opinan que con este brazo y este sable Dalí quiso rendir un sincero homenaje al héroe de la batalla, el General Prim. Pero ya hemos dicho que el brazo pintado por Dalí tiene toda la pinta de estar herido y tengo entendido que Prim en la Batalla de Tetuán no sufrió ninguna herida en el brazo.

Entonces, ¿Porque demonios Dalí nos pinta el brazo derecho del militar español herido en el antebrazo de forma tan evidente?

¿Qué le rondaba a Dalí por su cabeza cuando pinto este enorme sable y brazo derecho con una herida en su antebrazo?

¿Otra vez estamos ante otro guiño surrealista relacionado con las obsesiones de Dalí?

Pues, esta vez no perdamos tiempo y vayamos a buscar una respuesta directamente en el Guernica de Picasso.

¿Hay por puta casualidad en el Guernica de Picasso, un brazo cortado que tenga una herida en el ante-brazo y que sostenga una espada??????

Bingo!!!!!!!!!
Si, el brazo del soldado muerto esta claramente amputado, tiene una herida en el ante-brazo y su mano sostiene el mango de una espada rota.

Los expertos afirman que las dos rayas que se cruzan en el antebrazo amputado corresponden a marcas relacionadas con la flajelación. Pero todo parece indicar que Picasso quiso remarcar el punto exacto en que se cruzan. El antebrazo de Picasso y el de Dalí reflejan una herida en el mismo lugar.


En el Guernica el brazo aparece por el suelo y la hoja de la espada luce partida en dos. Por contra el brazo de Dalí se sitúa en las alturas celestiales y la hoja del sable reluce como si estuviera nueva.  Sin embargo, los dos brazos están heridos en el mismo lugar del antebrazo.

Que cada uno saque sus propias consecuencias ante tanto ego simbólico camuflado al óleo.

DALI Y LA PAZ

La versión de Dali de La Batalla de Tetuan, no tendría que clasificarse como un cuadro bélico. En dicha versión encontramos los suficientes elementos simbólicos que nos definen de forma excelente la opinión que el pintor catalán tenía de la guerra: división, confrontación y violencia.

Dalí siempre fue un pacifista. A lo largo de su vida fue cambiando de parecer en otro tipo de cuestiones, pero la cuestión de la guerra,... siempre tuvo para Dali el mismo significado.
Guerra = Mierda

Un buen ejemplo de ello lo encontramos en este curioso dibujo en donde Dalí a la guerra le desea la muerte. En dicho dibujo dedicado a Rusia, la pancarta de color blanco reza en catalán: "MUERA LA GUERRA":


La versión de Dalí de La Batalla de Tetuán, es un canto a la objeción de conciencia, al pacifismo y al recuerdo de que una pelea solo es posible si los dos bandos quieren pelear. En La Batalla de Tetuán de Salvador Dalí  todos los combatientes se convierten en practicantes de la objeción de conciencia.

Dalí nos anuncia un futuro cercano en que el ser humano dejara de jugar a las guerras porque nadie será soldado, ni sargento, ni capitán. El ser humano no ha venido a este mundo a batallar. Sus misiones en esta vida, nada tienen que ver con el verbo batallar.

La Batalla de Tetuán es una batalla por la paz y el amor que el destino ha querido que fuera a parar a un museo de Japón, el país que sufrio en su piel las consecuencias del poder de los átomos y la estupidez humana.

Alguién tendría que avisar a los japoneses de que la PAX reside en uno de sus museos.

Afortunadamente los alumnos de la escuela Salvador Dalí de Figueras, lo tienen muy claro y no dudan en pregonar a los 4 vientos el mensaje pacífico que ya tienen incorporado en su ADN. Un buen ejemplo de ello es el mural que confeccionaron con sus propios cuerpos el 30 de Enero del 2018 en motivo de la celebración del Día de la Paz.


¿Batallar o no batallar?
Gala y Dalí amaban a la PAZ
El poder de la PAZ es inmenso, no hay suficientes números para poderlo contar
La Batalla de Tetuán y el poder de la PAZ
Es "La Ferraille de Têtu, un, deux, trois"

Johnny McClue 2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario