Las famosas pinturas rupestres de la Cueva de Altamira son un claro ejemplo de la importancia simbólica que los jabalís han tenido desde los primeros momentos de nuestra bípeda historia. No solamente nos hemos alimentado y hemos aprendido a curtir sus pieles. También hemos utilizado alguna de sus partes (pezuñas, incisivos, cola, etc.) como si de unos poderosos amuletos se trataran para poder tener la fuerza del mayor de los animales del bosque. Este tipo de amuletos han sido muy codiciados por muchos mortales para poder ganar a sus enemigos en cualquier enfrentamiento y situación.
El símbolo del jabalí representa en todo su esplendor a todo lo relacionado con las características de nuestro lóbulo izquierdo y las facetas masculinas de nuestra vida. El jabalí utiliza la línea recta en sus desplazamientos por las montañas y valles. No teme absolutamente a nada y no es amante de dar rodeos, siempre utiliza el recorrido más corto y directo. Es un animal que confía en su fuerza y potencia, por lo que nunca modificará su rumbo. Son las demás especies de animales del bosque los que le ceden el paso y evitan coincidir con este gran mamífero amante de las bellotas y los bulbos.
Estamos ante uno de los animales salvajes del bosque con más fuerza bruta, y que el hombre "guerrero" siempre ha admirado y deseado. El simbolismo del jabalí es muy antiguo y lo encontramos como protagonista en las historias y leyendas de todos los pueblos indoeuropeos.
En el mito hiperbóreo, el jabalí nos evoca el retiro solitario del hombre sabio en lugares apartados e inóspitos. Lugares plagados de espesas zarzas e inaccesibles para el resto de los mamíferos del bosque. Solamente la extremada resistencia y dureza de la piel del jabalí es la que le permite entrar en el interior de las profundidades de la montaña sin sufrir ningún rasguño.
En muchas leyendas galas, el jabalí representa la fuerza espiritual, mientras que el oso representa el poder temporal. Para el pueblo galo, el jabalí es el animal situado en la cumbre de la pirámide alimentaria; un buen ejemplo de ello son las famosas cacerías y comilonas de Obelix, Asterix y sus amigos.
El jabalí poseedor de un caracter hiperbóreo y primordial, es el avatara bajo el cual Vishsú conduce a la tierra a la superficie de las aguas y las organiza. En Japón el jabalí suele representar a un animal zodiacal que se asocia con el valor, pero también con la temeridad. Es el último de los doce animales del zodiaco japonés al que llaman "Inoshishi"
El propio dios de la guerra, "Usa-Hachiman" suele estar representado cabalgando encima de un gran jabalí y en muchas historias orientales, un ejército de jabalís es el que logra acabar en el último instante con el enemigo.
El jabalí aparece en el centro de la rueda búdica y suele ser representado en forma de un gran animal de color negro, símbolo de la ignorancia. El jabalí, también llamado cerdo salvaje, representa a todo tipo de libertinaje desenfrenado que en muchas ocasiones suele rayar la brutalidad y el exceso.
Muchas de sus representaciones europeas se nos presenta con los pelos de su dorso completamente erizados, como claro símbolo de fuerza y decisión frente a las adversidades de la vida. Siempre ha sido una excelente táctica poder aparentar más envergadura que la real. La diosa de la caza de las Ardenas, era representada habitualmente con una daga en la mano mientras cabalgaba por valles y montañas a lomos de un gran jabalí.
El mundo celta y el mundo cristiano opinan de muy diferente modo cuando el jabalí tiene que ser catalogado como animal bueno, o animal malo. Para los celtas un animal que vive en los valles y montañas no puede ser malo. En la mitología celta el jabalí es un elemento positivo y benévolo de gran importancia iconográfica, apareciendo en monedas, cascos, armaduras, colgantes, cuencos sagrados y trompetas de guerra. Sin embargo los cristianos opinan que el jabalí es un animal demoníaco que trabaja a las órdenes de un tal Satán, arrasando campos, viñas y vergeles.
En muchos ritos y ceremonias paganas de numerosas culturas a lo largo del Planeta encontramos que los colmillos de jabalí son uno de los elementos indispensables para poder obtener la máxima ayuda de las fuerzas ocultas de la naturaleza.
No hay que olvidar que las pezuñas, los cuernos y los pelos, siempre han estado atributos representativos tanto de jabalís, como de demonios. Su lugar de residencia, también es común: los dos viven en los lugares más profundos y escondidos.
Nuestros bosques y montañas han ido perdiendo a sus habitantes de gran tamaño. La mayoría de osos, ciervos y pumas ja han desaparecido por completo de nuestros parajes salvajes y ya no acompañan a los jabalís.
Nos hemos cargado a todos los grandes mamíferos de nuestros bosques,... solo hemos dejado a unos cuantos jabalis para que los cazadores puedan practicar lo que ellos clasifican como "caza mayor". Así nos va!!!!!!!!!
Larga vida al jabalí y menos escopetas de caza, ya va siendo hora de que un solo árbol no nos prive de ver todo un magnífico bosque.
Johnny McClue 2017
En muchos ritos y ceremonias paganas de numerosas culturas a lo largo del Planeta encontramos que los colmillos de jabalí son uno de los elementos indispensables para poder obtener la máxima ayuda de las fuerzas ocultas de la naturaleza.
No hay que olvidar que las pezuñas, los cuernos y los pelos, siempre han estado atributos representativos tanto de jabalís, como de demonios. Su lugar de residencia, también es común: los dos viven en los lugares más profundos y escondidos.
Nuestros bosques y montañas han ido perdiendo a sus habitantes de gran tamaño. La mayoría de osos, ciervos y pumas ja han desaparecido por completo de nuestros parajes salvajes y ya no acompañan a los jabalís.
Nos hemos cargado a todos los grandes mamíferos de nuestros bosques,... solo hemos dejado a unos cuantos jabalis para que los cazadores puedan practicar lo que ellos clasifican como "caza mayor". Así nos va!!!!!!!!!
Larga vida al jabalí y menos escopetas de caza, ya va siendo hora de que un solo árbol no nos prive de ver todo un magnífico bosque.
Johnny McClue 2017
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