sábado, 3 de julio de 2021

El símbolismo del Oro y del color dorado




El oro es considerado en todas las culturas como el metal más precioso y perfecto. Su apariencia y brillo ha hecho que represente al Sol, al Rey o a la máxima divinidad en la mayoría de civilizaciones. El oro resplandeciente simboliza al conocimiento que todo ilumina.

El color dorado es el color con el que el Dios creó el Universo, la Biblia nos cuenta que lo primero que Dios creó fue la luz. Todos los artistas medievales reprodujeron la escena de la creación con el color dorado como protagonista. En la siguiente imagen de la creación de estilo románico podemos comprobar como el color del compás es idéntico al color del centro de la creación. Se trata del famoso compás de oro, con el que Dios crea todas las cosas.


En el artículo que dedicamos a la simbología del color amarillo, ya enumeramos muchos aspectos y simbología de esta tonalidad que se funde con la luz, la divinidad y el conocimiento. En algunos lugares, el oro ha llegado a ser la carne de lo dioses y en la religión simboliza la iluminación y perfección. También en el budismo oriental encontramos que los iconos de Buda son dorados al tratarse de un ser que se considera que está iluminado.

El color simbólico del oro en la China es el blanco, en lugar del amarillo, ya que en Oriente el oro se relaciona con la Tierra. El oro es el "yang" esencial símbolo del conocimiento y para los Brahmana representa a la inmortalidad. En muchas regiones asiáticas es habitual preparar pócimas inmortales donde nunca puede faltar el oro dentro de sus ingredientes.


Desde la antiguedad el oro siempre ha tenido virtudes curativas y gran poder sobre todo tipo de maleficios. Siempre ha estado considerado como el metal más precioso. En innumerables religiones sus dioses son de oro macizo.

En uno de nuestros anteriores artículos ya compartimos el mito de las Edades del Mundo, donde la Edad de Oro era el lugar en el que los seres humanos éramos perfectos y la hambre y la enfermedad no existían.

El oro es un metal que se encuentra en estado nativo y no precisa ser fundido. Ese es el motivo por el que el oro fue descubierto y utilizado por el hombre en sus primeras épocas arcaicas. El ser humano primitivo aprendió a manipular el oro confeccionando los primeros adornos y múltiples objetos de primera necesidad.



Homero ya nos cuenta que las armaduras de los guerreros estaban adornadas con oro. La espada de Agamenón y el cetro de Aquiles también utilizaban el oro. En la tradición griega el oro evoca el sol y todo lo que simboliza: fecundidad, riqueza, dominio, centro de calor, amor, hogar de luz, conocimiento y radiación.

El vellocino de oro añade un coeficiente de este simbolismo solar al animal y se convierte en la insignia del maestro y del iniciador. El mito del vellocino de oro simboliza la conquista de lo que la razón tiene por imposible. Se trata de un símbolo compuesto por dos elementos, el de la inocencia representada por el vellón del morueco y el de la gloria representada por el propio oro.

El héroe del vellocino de oro es Jasón que busca la gloria mediante la conquista de la verdad (el oro) y de la pureza espiritual (el vellón). Como ocurre con la mayoría de tesoros, el vellocino está guardado por todo tipo de monstruos y, en especial, de un dragón. 


La alquimia trata de producir oro a partir de la transmutación de otros elementos. La llamada "alquimia espiritual" trata de transformar de forma mística al hombre en dios. Los alquimistas llamaban al oro con denominaciones como Helios o Sol. En la alquimia el Sol (el oro) y la Luna (la plata) siempre van de la mano, de lo contrario, la famosa transmutación no se manifiesta, tal y como muestra el grabado alquímico de la siguiente imagen:


Los alquimistas medievales sostenían que habían 7 minerales fundamentales, pero de estos 7 minerales, solamente el oro se consideraba como "metal perfecto". Para los alquimistas los seis minerales fundamentales restantes estaban en vías de la perfección, sin haberla alcanzado en solitario. Pero por otra parte, añadían que en realidad todos los metales procedían en realidad de solamente uno: el mercurio.

En la anterior imagen vemos al Sol y la Luna entrando en la cueva alquímica donde son saludados por el dios Mercurio con su caduceo, representado en forma de Apolo o Hermes. Hay que destacar que el Sol entra acompañado de un León, mientras que la Luna esta acompañada por un cervatillo. La relación del León con el Sol y la realeza proviene de la noche de los tiempos.

En el Zodiaco volvemos a encontrar la relación "oro-rey-león-sol", tal y como observamos en la siguiente ilustración donde se describe la simbología correspondiente al signo de Leo con un color claramente dominante, el dorado:


En la Biblia se menciona en múltiples ocasiones la famosa Arca de la Alianza que era un baúl de madera recubierto de oro con unas medidas muy precisas. Con este objeto el pueblo de Israel mantenía comunicación con su Dios y en el interior del Templo ocupaba un lugar principal en el Tabernáculo. En su interior contenía las tablas de la ley, el vaso del maná y la vara de Aarón. Es el objeto bíblico más misterioso, pero a la vez codiciado por otros pueblos por sus grandes poderes. Solamente los sacerdotes podían acercarse al arca sin sufrir daño gracias a utilizar un tipo de vestimenta especial que los protegía. Acercarse al arca sin protección equivalía a la muerte inmediata, tal y como ocurre en todo reactor nuclear que se precie.


La plata y el oro en todas las culturas y religiones han representado la riqueza. Los musulmanes en el Corán tienen especificado que el oro y la plata son los metales con los que acuñar monedas con las que poder realizar la adquisición de los bienes y comerciar. En sus apasionantes lecturas, el profesor Imran Hosein siempre hace hincapié en que utilizar papel moneda es un grave pecado para cualquier musulmán.

Los católicos también tienen gran estima por el oro y la plata. Las llaves de San Pedro son una de oro y la otra de plata, el escudo del Vaticano y los emblemas de los Papas son un buen ejemplo de que las riquezas de la Iglesia en oro y plata son inmensas. Con el oro almacenado en el Vaticano acabaríamos con el hambre en todo el Planeta. Es una verdadera lástima que la Iglesia no haya puesto en práctica el mandato de Jesús que dice, "amarás al prójimo como a ti mismo",... la historia hubiera sido muy distinta.

Los Papas y el oro, siempre han ido de la mano.



Hay una costumbre muy extendida que simboliza a la perfección la importancia del oro. Nos estamos refiriendo a la famosa "llave de oro" que se suele entregar como símbolo de respeto, confianza y sinónimo de "mi casa, es tu casa". El alcalde de la localidad entrega a la persona homenajeada una copia simbólica de la llave de la ciudad. En este tipo de entregas la llave siempre es dorada.


Otra llave que siempre se representa dorada y resplandeciente es la llave del conocimiento oculto y hermético. En la siguiente ilustración tenemos un hermoso ejemplo de como la llave que abre el baúl del conocimiento resplandece como si del mismo Sol se tratara. Como no podría ser de otro modo, la llave es sujetada por una serpiente en forma de letra S, es Sophia!!!, una de las dos serpientes del caduceo, sin ella,... nada es posible:


Pero el oro es un tesoro ambivalente que hace honor al viejo proverbio que dice "no todo lo que reluce es oro". Mientras que el color del oro es un símbolo solar, la «moneda de oro es un símbolo de perversión y exaltación impura de los deseos. Parece ser que la palabra oro deriva del vocablo latino "aurum" que denomina a la aurora. 

En la masonería y muchas otras sociedades secretas, el oro representa el poder, la magnificencia y esta intimamente relacionado con la iniciación a los misterios que en  todos estos lugares practican. Los primitivos instructores pretendían modificar al hombre para perfeccionarlo y civilizarlo.

En todas las logias el oro y la plata están representados por el Sol y la Luna. Cuando en estos lugares se habla del oro y la plata, no se están refiriendo al oro y plata vulgar. Se refieren al oro filosófico que trata del conocimiento del arte de perfeccionar lo que en la naturaleza aún esta imperfecto

En la Masonería hermética se cuenta que los grandes sacerdotes iniciados egipcios eran unos excelentes alquimistas y sabían producir oro. El mismísimo Padre Kirsher en su Edipo Egipciaco afirma que aquellos sacerdotes poseían el arte de hacer oro. Plinio afirmaba que los reyes de Egipto en su gran deseo de mostrar magnificencia se rodeaban de oro dentro de sus palacios y sus propios cuerpos.


Algunos investigadores en cuestiones masónicas, que deben estar muy aburridos, afirman que el habitual uso en todas las logias del color dorado proviene de la famosa letra G de la masonería por ser la inicial de la palabra "gold" que en ingles significa oro.

Desde el año 2007, la moneda de oro más grande del mundo tiene a la Reina Isabel II de Inglaterra en el anverso y la silueta de un canguro en el reverso. Ha sido confeccionada en Australia por la Casa de la Moneda de Perth. Se trata de un solo ejemplar único que pesa una tonelada y tiene 80 cm de diámetro y 12 cm de espesor.

El complicado proceso de fabricación necesito de más de año y medio. Actualmente esta valorada en 56 millones de dólares americanos



Según cuentan los mitos, la reina Semiramis fue uno de los gobernantes que gastó sus enormes riquezas en la construcción de todo tipo de lujosos palacios y templos donde el oro figuraba por doquier. Semiramis construyó un suntuoso templo en honor a Júpiter que culminaba con tres enormes estatuas de oro de cuarenta pies de alto. Las estatuas representaban a Júpiter, Juno y la diosa Ops, pesando cada una de ellas mil talentos babilónicos. En el interior se ubicaba una mesa de oro de cuarenta pies de largo por doce de ancho cuyo peso total era de 50 talentos.


En el mundo azteca el oro se asociaba a la nueva piel de la tierra, cuando comienza la estación de las lluvias y todo vuelve a la vida y florece. Simboliza la renovación constante de la Madre Tierra. Una vieja costumbre inca consiste en colocar oro y plata en el interior de la boca de los difuntos.

En gran parte del territorio africano, el oro es considerado el metal regio por excelencia. Un proverbio africano nos lo define a la perfección: 
«No se oxida, ni se mancha; es el único metal que se convierte en algodón sin dejar de ser hierro; con un gramo de oro se puede hacer un hilo fino como un cabello para rodear toda una aldea; el oro es el zócalo del saber, el trono de la sabiduría; pero si confundes el zócalo con el saber, cae sobre ti y te aplasta; sé el caballero de la fortuna, no su caballo; metal esotérico por excelencia, a causa de su pureza e inalterabilidad.» 

Para los dogon y los bambara, el oro es la quintaesencia del cobre rojo y la vibración original materializada del Espíritu de Dios. Para estos pueblos no es un mineral, ni un metal común, el oro simboliza también el fuego purificador, la iluminación y actúa como verbo fecundante. Pero por ser el oro la quintaesencia del cobre rojo, se convierte en el principio primero de toda construcción cósmica, representando la solidez y por tanto de la seguridad humana. Volvemos a encontrar así, a través del pensamiento de los pueblos africanos, el sentido alquímico y esotérico del oro, tal como se ha concebido en el pensamiento tradicional europeo y asiático.


El ser humano desde tiempos inmemorables cree que la posesión de oro equivale a una especie de salvoconducto ante el sufrimiento, la enfermedad y la propia muerte. Atormentado continuamente, el hombre en vista de la brevedad de su existencia, achacoso, entristecido, espantado por las enfermedades de toda especie que hacen su trayecto frecuentemente doloroso, no cesa de acariciar la esperanza de prolongar su duración y de endulzar su amargura. No es de extrañar, pues, que desde los tiempos mas remotos se haya buscado en el oro, que se ofrecía bajo tantos aspectos favorables, una panacea universal, un remedio para todos los males. 


El oro es un arma de luz. Se usaban únicamente cuchillos de oro para realizar los sacrificios a las divinidades uránicas, también los druidas cortaban el muérdago con hoces de oro.

En la imagen del grabado de la derecha, vemos a uno de los druidas subido a un árbol centenario con la hoz de oro en la mano, mientras que al pie del hermoso tronco sus "colegas" tienden una sábana blanca con la que recogerán el verde y  preciado "trofeo".

Los celtas creían que el muérdago utilizado por los druidas en sus ceremonias, no podía ser cosechado de cualquier forma. Era preciso recogerlo con una hoz de oro ya que, de lo contrario, el muérdago cosechado ya no podía representar a la inmortalidad. Otra vez volvemos a encontrarnos con la relación oro-inmortalidad.

Apolo, dios sol, estaba revestido y armado de oro: túnica, broches, lira, arco, carcaj, borceguíes. Del mismo modo que posteriormente se representara a Jesús con los mismos cabellos dorados que Apolo con su cabeza rodeada por una aureola, que como no podía ser de otro modo, siempre es dorada.

Y para terminar este artículo, que mejor que una de las fabulosas obras religiosas que el gran Salvador Dalí realizó. El pintor catalán en su lienzo dedicado a la ascensión de Jesús no tuvo ninguna duda a la hora de seleccionar el color del lugar hacia donde Jesús asciende:


Y es que, como ya hemos dicho en más de una ocasión en este sencillo blog dedicado a los símbolos,... Dalí es mucho Dalí !!!!!

Johnny McClue 2021 


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