Para que un ataque de falsa bandera produzca el efecto deseado en los ciudadanos, es indispensable que los medios de comunicación difundan noche y día el odio hacia los presuntos culpables del ataque.
Para que cualquier país vaya a una guerra es imprescindible que su población sea la que lo pida. De esta forma no existe ninguna posibilidad de que los grupos pacifistas y antibélicos puedan impedir el envío de tropas hacia el frente. El hundimiento del Maine en la bahía de La Habana es un claro ejemplo de Ataque de Falsa Bandera en toda regla y el lema que capitaneó su campaña publicitaria, no dejaba dudas del culpable: "Recordad al Maine,... al infierno con España".
Gracias al hundimiento del Maine el gobierno norteamericano pudo declarar la guerra al pueblo español e invadir la isla de Cuba. Se trato de una operación con la que poder acusar a España de haber hundido el Maine con toda su tripulación. Tras el suceso, todos los periódicos norteamericanos informaron que una mina submarina o un torpedo de la armada española había provocado la terrible matanza. Las ilustraciones que acompañaban la noticia mostraban una explosión donde decenas de marineros volaban por los aires. La primera página del diario "The World" es un buen ejemplo
Muchos son los que se piensan que la práctica de los atentados de falsa bandera empezaron el once de septiembre del 2001 con el autoataque a las Torres Gemelas y al Pentágono. Pero desgraciadamente, los españoles a finales del siglo 19 ya nos la dieron bien doblada en la Bahía de La Habana.
En este artículo vamos a hacer honor a la máxima simbólica que declara que "una imagen vale más que mil palabras", dónde veremos como la movida del Maine fue magistralmente orquestada por un gobierno amante de manipular la opinión de sus ciudadanos. Un gobierno capaz de sacrificar a sus propios ciudadanos haciendo ver que el culpable es otro.
David Icke lo supo sintetizar de forma genial con su famoso "PROBLEM-REACTION-SOLUTION". Cuando se tiene un problema hay que provocar que la gente sea la que pida la solución del problema. Con este sistema puedes invadir Cuba, Afganistán e Irak mientras vas predicando que luchas contra unos terroristas muy malos que son un peligro para la libertad y los derechos humanos.
Para montar un ataque de falsa bandera que surja efecto es imprescindible realizar todo tipo de acciones en los medios de comunicación que señalen al culpable de la masacre. Para ello se utilizan toda clase de medios con los que poder hacer llegar el mensaje de forma clara.
En el artículo de hoy vamos a ver un pequeño resumen gráfico de toda la parafernalia utilizada por el gobierno norteamericano tras la explosión del Maine, con el fin de que sus ciudadanos exigieran venganza y no pusieran objeciones en declarar la guerra a España.
Una imagen vale más que mil palabras.
ILUSTRACIONES EN LAS PORTADAS DE LAS REVISTAS
SELLOS Y POSTALES RECORDANDO EL SACRIFICIO
MONEDAS CONMEMORATIVAS
ESPECTACULOS Y PARTITURAS MUSICALES
JUEGOS Y MAQUETAS PARA RECORDAR UN ATAQUE DE FALSA BANDERA
LAMPARAS Y OTROS OBJETOS DE DECORACION
LOS COCKTAILS NO PODIAN FALTAR
Con toda esta gran variedad de propaganda recordando al Maine no es de extrañar que todo dios pensara que la diabólica armada española había ejecutado un traidor ataque utilizando minas o torpedos. Gracias a tanto souvenir recordando al Maine, los ciudadanos norteamericanos se tragaron el anzuelo y los tambores de guerra sonaron sin que nadie sospechara,.... que era el propio gobierno americano el que había hecho explosionar el Maine.
Un ataque de falsa bandera en toda regla planeado por un gobierno sin conciencia que utilizó todos los medios posibles para que los norteamericanos odiaran a España. Un odio que aún perdura en muchos de sus ciudadanos.
En la actualidad, aún hay unos cuantos patriotas norteamericanos que cada jueves por la noche beben un cocktail mientras recuerdan el Maine y maldicen a unos explosivos fabricados en Rio Tinto.
Johnny McClue 2022
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