lunes, 12 de marzo de 2018

El mito de la mayoría democrática


Actualmente el ser humano puede alcanzar la cima de dos tipos diferentes de montañas, la montaña del Conocimiento y la montaña del Poder. No todo el mundo está capacitado para poder llegar a una de estas dos cimas. Para conseguir llegar a la cumbre de una de ellas, se precisa tener diversos requisitos y en muchas ocasiones hay que tener cierto tipo de padrinos influyentes.

Son muy pocos los que consiguen llegar a la cima de la montaña del Conocimiento, ya que su conquista requiere muchas décadas de estudios y aprendizaje. En épocas primitivas los que llegaban a la cima de la montaña del Conocimiento eran considerados los gobernantes y consejeros ideales. Por aquel entonces, alcanzar la cima de la montaña del Conocimiento equivalía a poder estar de forma simultánea en la cima de la montaña del Poder. En aquellos tiempos los hombres y mujeres más sabios y con mayor experiencia de la tribu o del poblado eran los encargados de tomar todas las decisiones importantes. Estos grupos de sabios formaban en cada comunidad los llamados "Consejos de Ancianos".

Durante un largo periodo de tiempo, los Consejos de Ancianos funcionaron de forma excelente y repartieron justicia y prosperidad de forma equitativa. Pero ocurrió que lo de gobernar con Conciencia y repartir las cosas de forma equitativa, no gustaba mucho a las familias ricas de cada una de las comunidades. Por tal motivo en muchos lugares las familias ricas hicieron todo lo posible para gobernar y suplantar al Consejo de Ancianos. La población rica se proclamó "superior" al resto y apareció el término "élite" de donde nacieron todos los condes, duques y reyes de toda aristocracia que se precie.

En la élite aristócrata lo que cuenta es la sangre y los cromosomas.
Ya no mandan los más sabios, sino que mandan los hijos de los que mandaban.

Pero los tiempos cambian y actualmente los aristócratas y los sabios ya no suelen sentarse en ninguna de las butacas existentes en la cima de la montaña del Poder. Para alcanzar actualmente la cima de la Montaña del Poder, solamente se precisa ser escogido por la mayoría de la población. Este sistema de elección se define como la "regla de las reglas", es la denominada "Ley de la mayoría democrática".


Ya lo afirmaba en 1888 el gran Nietzsche desde una perspectiva elitista:
"Todo sentido de rango ha desaparecido, cada uno se cree con derecho a juzgar sobre los problemas de los demás. La aristocracia es la creencia en los grandes hombres y en el grupo escogido. La democracia es la NO creencia en los grandes hombres y en el grupo escogido."
Nos han hecho creer que votar es sinónimo de libertad, mientras que no votar implica dictadura y opresión. Y, por Tutatis, que todo dios se lo ha creído. No votar es sinónimo de ser un "anti-sistema de mierda".


En el siglo XXI nos gobierna la ley del mayor donde los números se han convertido en los que deciden quien gana y quien pierde. La opinión de la mayoría es la que actualmente se merece el respeto. Con este sistema de poder escoger los que mandan, los ciudadanos creen ser libres y modernos. El problema es que la opinión de la mayoría está constantemente manipulada por unos pocos a los que la sabiduría y la conciencia nada les importa. No tener Conciencia implica competir haciendo trampas, pero muy pocos son los que se percatan del engaño.

Los gobernantes que pueden ejecutar crueles y sádicos ataques de Falsa Bandera, suelen contar los votos de la misma manera.


La ley de la mayoría ha inventado la papeleta del voto con la que practicar el deporte del sufragio universal. Un deporte en donde una cosa no se acepta porque sea verdadera o positiva, se acepta solamente porque ha sido elegida por el mayor número de personas que han votado. Que sea la opción elegida por la mayoría no implica que sea la mejor, ni la más adecuada.

Desgraciadamente la posesión de la Verdad no está en la mayoría. La mayoría democrática nos esta llevando al caos. Bueno es recordar que la democracia forma parte de una de las puntas del tridente, un tridente que en el Mundo Feliz de Corrado Malanga, no tiene cabida.

En la cima de la montaña del Poder del siglo XXI, no existe la Verdad ni la Conciencia.

Solamente hay un lugar donde puedes estar muy cerca de la Verdad:
En la cima de la montaña del Conocimiento.

Un humilde servidor solamente acaba de instalarse en el Campo Base de la montaña del Conocimiento, la cumbre aún está muy alta.

¿Alguno de vosotr@s quiere acompañarme?

Johnny McClue 2018

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