Empezamos la serie de artículos dedicados a los colores con el color negro y acabamos este recorrido cromático con el color inmaculado del blanco. Estamos ante el color que representa la totalidad y la unión. El color blanco es el resultado de unir todos los colores del espectro de luz.
Una pantalla electrónica de leds RGB (red, green, blue) para poder displayar el color blanco precisa que todos los leds reciban el 100% de la tensión eléctrica. Por contra, cuando todos los leds no reciben electricidad la pantalla reproduce el color negro. Es un excelente ejemplo que nos demuestra que el blanco y el negro son los dos límites opuestos en donde el resto de la gama cromática se encuentra entre ellos.
El blanco es como un espejo que refleja el universo, su vibración nos devuelve a nosotros mismos, nos entrega una imagen de nuestra inocencia perdida y nos purifica de los males de la vida. Es sinónimo de pureza, transparencia y de claridad. Nos representa el color de la luz primogénita que existía antes de que el Dios del Genesis creara el cielo y la tierra. Son muchas las cosmovisiones que afirman que antes de la Creación el blanco era el único color.
En la mayoría de ritos, el color blanco muestra la inocencia y virginidad del candidato. Es el color de las ofrendas al Cielo, mientras que el negro representa las ofrendas destinadas al inframundo. Por tal motivo los animales albinos son muy preciados como la mejor de las ofrendas a los dioses celestes en muchas religiones y tradiciones populares en todo el mundo.
La palidez de muchos enfermos también debe haber ayudado a que el blanco equivale a estar mal de salud. Las canas nos vuelven a relacionar el blanco con la vejez, como también vimos que se relacionan con el color gris. No es de extrañar que en la tradición China relacionara el color blanco con las personas de la tercera edad.
Una vez el iniciado pasa la prueba, el blanco se convierte para el en el color de la revelación y de la transformación. La aureóla blanca que lucen las representaciones de todos loa santos y santas, es un claro ejemplo de este tipo de transfiguraciones albinas. En el capítulo 9 del evangelio de San Marcos encontramos este concepto tan relacionado con la blancura:
"Jesús toma consigo a Pedro, Santiago y Juan y se los lleva solos aparte, a una lejana montaña. Y se ransfiguró ante ellos de forma que sus vestidos se volvieron tan resplandecientes por su blancura que ningún lavandero sobre la Tierra podía blanquearlos de aquella forma."
El color blanco se nos presenta como un valor límite que esta colocado en uno de los dos extremos de las cosas. Para la mayoría de los pueblos el blanco simboliza a uno de los dos puntos cardinales en dónde nuestro Sol nace (Este) o muere (Oeste).
El blanco del oeste es el blanco que relacionamos con la muerte. Es el blanco que absorbe la vida y la traspasa al mundo lunar, frío y femenino. Por contra, el blanco del Este es el blanco del retorno, el del amanecer. De ahí que la palabra "alba" tenga una raíz tan y tan albina. No por nada, los amaneceres nacen de un huevo con cáscara blanca:
En castellano el término "blanco" también designa los entreactos e intermedios de las obras teatrales. Son instantes en donde la acción descansa y la calma relaja el ambiente de toda obra teatral que se precie.
El blanco actúa sobre nuestra alma como el silencio absoluto. Se trata de un silencio que no esta muerto y que rebosa de todo tipo de posibilidades. El blanco nos recuerda a la nada, pero una nada completamente alegre y juvenil. Es la nada que precede a todo nacimiento y comienzo
El blanco es el color estrella en todas las apariciones surgidas a lo largo de la historia. Es por excelencia, el color de los fantasmas y los espíritus provenientes del reino de los muertos. No es de extrañar que la humanidad durante siglos creyera que las personas albinas poseían poderes que les permitían contactar con el reino de los muertos. En muchas culturas existe la costumbre de pensar que los hombres y mujeres albinos tienen "linea directa" con el más allá.
En la alquimia podemos distinguir preferentemente tres colores: blanco, negro y rojo. El blanco (albedo) es la señal de que, después de el negro (nigredo), la materia prima se encuentra en el camino que conduce a la piedra filosofal. Bajo este contexto el color blanco nos muestra que aún nada ha ocurrido y que, por tanto, todo esta por acontecer. La expresión castellana "estar en blanco" nos muestra este aspecto iniciador que el color blanco proclama.
Al color blanco suele seguirlo el color rojo. Un buen ejemplo lo encontramos en los procesos alquímicos o en el blanco virginal que luce la novia antes de que su propia sangre tiña de rojo sus prendas más íntimas. En la Africa Negra volvemos a encontrar como el color rojo es el que releva al blanco, ya que es el color de los jóvenes circuncisos durante todo el tiempo en que permanecen en retiro. Estos jóvenes africanos se pintan toda su cara y partes de su cuerpo de color blanco hasta que se reintegran de nuevo a su comunidad. Solamente entonces es cuando el color blanco es sustituido por el color rojo.
Las batas blancas de los médicos intentan convencer a sus pacientes que se encuentran ante una persona que puede sanar a todo dios, gracias a sus años de estudios y una apariencia sana, limpia e inmaculada. Cuando los estudiantes de medicina realizan su Juramento Hipocrático, el uniforme de gala es la bata blanca. La famosa fobia a las batas blancas por parte de pacientes y enfermos esta vigente en nuestra sociedad desde que los médicos y enfermeros se disfrazan de blanco. La bata blanca y el miedo a las inyecciones van de la mano en la mente de muchos de nosotros.
En español tenemos una expresión que esta intimamente ligada al los valores arquetípicos que el blanco despierta en nuestras mentes. Nos referimos a la expresión "dar en el blanco" que continuamente utilizamos como sinónimo de que las cosas han estado bien hechas.
Hasta aquí esta serie de artículos dedicada a cada uno de los colores. Esperamos que os hayan gustado y que en alguno que otro párrafo, hayamos podido dar en el blanco, nunca mejor dicho.
Johnny McClue 2018
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