Durante todo el pasado siglo XX una gran cantidad de seres humanos dejaron de lado la religión que todos sus antepasados habían creído y practicado. Muchas personas dejaron de adorar y orar a los arquetipos religiosos. Los seres creadores de las religiones tuvieron que actuar de inmediato creando la New Age, con el fin de no perder el alimento con los que los sustentamos. Se trata de un alimento muy especial: nuestras bajas y densas vibraciones.
El gran Salvador Freixedo ya lo fue proclamando a los cuatro vientos: los dioses inventores de las religiones son seres que se alimentan de todos nosotros, estamos presos dentro de una granja de humanos cuyos propietarios habitan en la cuarta dimensión y no son humanos.
En el siguiente video Eduardo Coletto nos describe de forma magistral el modo de defensa más eficaz con el que poder defenderse de todo el bicherío que nos acosa a toda hora. Eduardo en esta conversación también nos comparte un sincero homenaje al exjesuita que abrió la caja de los truenos vaticanos.
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